Este año debía tener otro hito para Dirty Projectors luego de lanzar una placa perfecta (Swing Lo Magellan) y posteriormente incursionar en el ámbito cinematográfico (“Hi Custodian”); por suerte, ese suceso faltante era una visita a Sudamérica, pasando por nuestro país en el marco del Personal Fest.
Cuando se producía un mágico atardecer en un domingo prácticamente infernal, el grupo neoyorquino sale a escena comenzando la ceremonia con “Swing Lo Magellan”, esa especie de balada dulce y melancólica, la cual encontraba a una banda tibia y algo desorientada lidiando con un sonido caótico; cuestión que se agravó en el tema siguiente, “Offsprings are Blank”.
Por suerte la cuestión se acomodó cuando la banda decidió revivir “Beatiful Mother”, del lejano Mount Wittenberg Orca; el panorama había cambiado: el coro angelical de Amber, Haley y Olga comenzó a deslumbrar a los presentes; por suerte, de ahora en más el show sólo se pondría mejor. David Longstreth tuvo una actuación bastante extraña, dejando a un lado sus peculiares movimientos, por momentos el cantante luchaba para acertar algunas notas, mientras que por otro lado su postura casi poética comenzó a ganar presencia en el show al mismo tiempo que apreciábamos sus clásicas armonías en la guitarra.
El sonido merece un párrafo aparte, el bajo saturaba a niveles exagerados que parecían un chiste de mal gusto, a tal punto que temas como “The Socialites” o “Gun Has No Trigger” quedaron totalmente arruinados por momentos; por otro lado, el bajo casi embarra a “About to Die”, uno de los temas más festejados por el público, sincronizándose con saturaciones junto a la batería electrónica, aunque finalmente la cuestión terminó organizándose para que luego apreciemos a un Longstreth desgarrador que encontraría la calma en el apaciguador coro.
“Impregnable Question” es la última canción del set, el emotivo final deja un show con algunos reclamos: Dirty Projectors merece un show en solitario, el marco del festival no permitió apreciar la propuesta del conjunto en su totalidad; por otro lado, el sonido fue simplemente horrible, aunque a fin de cuentas el show resultó inolvidable por varios factores emocionales (el debut en nuestro país juega un papel importante) y por una banda que se desempeñó como las expectativas lo deseaban.