La banda de Nashville, Tenesse, visitó por segunda vez nuestro país, presentando un gran show como sólidos headliners del primer día del festival.
Sería redundante señalar cómo Kings of Leon creció en esos siete años que separan ese show del festival BUE que tuvo lugar en el Club Ciudad de Buenos Aires en 2005, donde los Followill telonearon a los Strokes y la actualidad. En menos de una década y con dos discos de estudio de por medio, pasaron de ser tímidos teloneros con largas cabelleras y aspecto desalineado a ser la banda principal que ofreció uno de los festivales más importantes de nuestro país.
Pero no sólo cambiaron la facha, por más bienvenida que haya sido la transformación, va más allá de eso. Maduraron musicalmente, cambiaron su sonido y demostraron que pueden tomar la enorme responsabilidad de cerrar el primer día de un festival como el Personal Fest ante más de 15.000 personas y de igual manera entregar un show impecable y bien logrado.
Fans de la vieja época tienen sentimientos encontrados, pues, si bien los últimos discos de los Followil , Only By The Night y Come Around Sundown lograron atribuirle a la banda la inmensa popularidad que tiene hoy en día, son discos que se alejan de las raíces roqueras- folk- garage, que tanto los diferenciaba de otras propuestas musicales en sus comienzos con Youth and Young Manhood o el aclamado Aha Shake Heartbreak. El eterno debate que toda banda que se vuelve “mainstream” debe soportar.
Sin embargo, GEBA ese sábado a las 23 estaba lleno. Lleno de un gran número de personas que no discriminaba género ni rango etáreo.
Los clásicos nunca pasan de moda y Kings of Leon abrió con la potente “Molly´s Chambers” de su disco debút, la misma canción con la que habían abierto el show en ese lejano 2005. Avivando al público desde el primer momento, se sucedieron en esa misma línea de la vieja escuela “Taper Jean Girl” y “Four Kicks”, de Aha Shake Heartbreak.
El resto del repertorio priorizó las canciones de sus últimos dos discos. Los inevitables hits que los pusieron ahí como headliners no podían estar ausentes de semejante despliegue de popularidad. Así es como perfectamente logradas se sucediron: “Crawl”, “Notion” , “Be Somebody”, “Closer” , “Manhattan”, la esperada “Sex on Fire” (que tanto se hizo rogar), y la “obvia” “Use Somebody” que tanto sonó en MTV, todas pertenecientes al disco Only By The Night. Acompañadas por otros hits como “Radioactive” , “The immortals” , “Black Down South”, entre otros, del disco que vinieron a promocionar: Come Around Sundown.
Sólo “Fans”, “On Call” , “Knocked up” y “Black Thumbnail”, la canción encargada de cerrar el show más importante de KOL en nuestro país, pertenecieron al disco Because of the Times, la tercer entrega, mientras que más allá de las canciones que abrieron el ahow, los primeros discos brillaron por su ausencia.
No se puede complacer a todos supongo, pero era inevitable escuchar a los fans de la primera etapa pidiendo algún temita como “Happy Alone” o “California Waiting” para luego encabronarse al escuchar una canción de esos discos más poperos (los 2 últimos) que de alguna manera “banalizaron” a esa banda que tanto los supo llenar en su etapa más característica de garage sureño, acercandolos a las masas, haciéndolos mainstream, sonando eternamente en MTV y posando como modelos con sus cabelleras cortas y sus barbas perfectamente recortadas. El debate entre ambos lados será eterno e impertinente para este artículo que sólo pretende ser una crónica del show. Y es así que lo único que queda por señalar es la actuación del otro personaje principal de esa noche: el público.
El público como siempre agitó y agitó con los tradicionales cantitos argentos hasta hacer emocionar a la banda y dejarlos con ganas de volver. El enérgico pogo estuvo siempre presente incluso coreando las guitarras de las canciones más entretenidas, como es tan característico desde hace ya un tiempo. Y fue un público que salió contento, pues la banda cumplió con su cometido y entregó un show que los mantuvo saltando de una canción a otra, en una presentación que cumplió, con altos y bajos, momentos de emoción y picos de alegría, con un show que evidenció todas las razones que hicieron a los Kings of Leon ser lo que son hoy en día.