Muertos de cansancio pero felices llegamos al sabado, último día del festival. Para abrir boca y huyendo del sol pasamos un rato en el SonarDôme bailando al ritmo del canadiense Pick A Piper. El groove psicodélico del batería de Caribou (a quienes habíamos visto la noche anterior) nos puso a tono para el largo día que teníamos ante nosotros.
Tras la parada de rigor en Despacio, uno de los reductos más atractivos del Sónar 2014, del que hablamos en la crónica del viernes, nos dirigimos al SonarHall en busca de Neneh Cherry. Si ya hemos mencionado que la escena nórdica ha copado el cartel de este año, las mujeres han sido muy protagonistas también. Robyn, Yelle, Lykke Li, MØ,… Muchas y muy buenas fueron las chicas que nos hicieron vibrar. Volviendo a Neneh, la sueca venía a presentar Blank Project, producido nada más y nada menos que por Four Tet y en colaboración con el dúo británico de post-rock y space-dance RocketNumberNine. Actuación atractiva y que demostró que Nene está en buena forma.
Neneh Cherry
Lo que venía después no tenía desperdicio. En el SonarVillage llegaba la hora de Kid Koala y su espectáculo Vinyl Vaudeville 2.0. Y vaya si resultó “vaudeville”… Marionetas, vedettes y un sin fin de elementos que se complementaban con el canadiense, vestido (por supuesto) de koala. Delirante. Permanecimos en el SonarVillage impregnándonos del sonido de DJ2D2 y disfrutando de la maravilla de actuación de los daneses WhoMadeWho, que nos cautivaron sin remedio.
Kid Koala
El final del Sónar by Day no podía ser mejor. Por un lado James Holden, en el SonarHall, y por otro Dj Harvey, en el SonarVillage, pusieron el broche de oro en Fira Montjuïc.
De vuelta en la enorme cueva del Sonar by Night en Fira Gran Vía, nos metimos de lleno en la actuación de los británicos Massive Attack. Los ilustres cabeza de cartel de este año venían con un espectáculo innovador. Hacía 10 años desde su última actuación en Sónar. Sin embargo, el show no difirió mucho del ofrecido hace 4 años en el Palau Olimpic de Badalona. Oscuridad marcada por la presencia de leds con mensajes y cifras sobre el mundo global. No vamos a negar que los autores de “Teardrop” o “Angel” son parte de la élite de los más grandes, pero nos esperábamos más.
Massive Attack
La que sabíamos que nos llenaría de marcha y encendería la mecha para levantar la noche es Yelle. La bretona no abarrotó el SonarLab pero tiene su público fiel y allí no hubo nadie que no vibrara con su show. Con sus compañeros dispuestos en sendas y simétricas baterías, Julie Budet recorrió el escenario con sus bailes y como buena reina del electropop se entregó a su audiencia. La sueca Lykke Li también conquistó el SonarPub con su indie pop electrónico.
Yelle
Lykke Li
Precisamente en el SonarPub fue donde dimos el resto, primero con James Murphy a los platos, y más tarde con uno de los triunfadores del Sónar 2014: Chic. Nile Rogers y los suyos volvían al Sónar 5 años después. Tratándose de una leyenda de la música disco, el éxito estaba asegurado. Su influencia en el funk, la música disco posterior y el hip hop avalan a este sexagenario músico. Pero teniendo en cuenta sus trabajos como productor para figuras como Diana Ross, David Bowie, Madonna, Sister Sledge, Debbie Harry, Duran Duran, INXS, Mick Jagger o como no, Daft Punk, este peso pesado lo tenía muy fácil para meterse al público en el bolsillo. Con su equipo de músicos, bailarines, coristas, y unos coloridos visuales, parecía que nos halláramos décadas atrás inmersos en el apogeo de la música disco. No faltaron ninguno de los temazos propios (“Le Freak“, “Good Times“) o producidos para otros (“Let’s Dance“, “Get Lucky“,…). Simplemente maravilloso.
Para los más resistentes, la noche continuó con nombres como Rudimental, Brokinski, Boys Noize, Tiga, etc.
Y así terminó nuestro paseo por el Sonar 2014. Barcelona despidió con tormenta a este festival referente que ya tiene la mirada puesta en 2015. El año que viene, Sónar se celebrará en 8 ciudades del mundo: se incorporan Santiago de Chile y Bogotá, además de Copenhague, como nuevas sedes, que se suman a las de Ciudad del Cabo, Reykjavík, Estocolmo, Barcelona y Tokio. Nosotros volveremos, lo viviremos y os lo contaremos.
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James Holden