La noche del domingo 03 de abril fue teñida de una ansiedad que fue cubriendo a todos los que estábamos presentes en La Trastienda, en un estado emocional nebuloso sin saber realmente qué esperar en la primera visita al país de la banda de Ohio; The National, después de su actuación en el Lollapalloza de Chile.
Entre nervios y manos sudorosas la banda salió al escenario, la imponente fragilidad de Matt Berninger encarnada en esa voz catártica que me hace creer que los milagros existen, voz que saca de los costados más oscuros con una cruel naturalidad que cautiva, la increíble y vibrante bata de Bryan Devendorf (con un look muy similar a John Lennon y al personaje que encarnaba Luke Wilson en “The Royal Tenembaums”: Richie Tenenbaum) que en las canciones de National toma una particular participación emocional simulando ser los galopantes sentires dispersos del ser humano que divagan en las diversas canciones de la banda, su hermano Scott Devendorf en bajo y guitarra y los mellizos Aaron Dessner en el bajo, guitarra y teclados y Bryce Dessner en guitarra y teclados acompañados también por trompetistas que brindaban un clima cálido y susceptible a algunas de sus canciones.
El recital empezó con una de las canciones con mas clima emocional de “High Violet” (el ultimo disco de estudio de la banda lanzado en 2010) “runaway”; “no sangramos si no luchamos”.
El recital siguió con canciones como “Anyone’s Ghost”, con “Mistaken for strangers” empezó el agite y las mesas situadas en La Trastienda empezaron a molestar ya que se estaba imposibilitando mantener las piernas en su lugar y se sentía esa necesidad de sacudir el cuerpo con los sonidos que la banda de Cincinnati estaba empezando a impregnar en nosotros, con “Bloodbuzz Ohio” Matt Berninger; el cantante barítono de la banda, se bajó del escenario para mezclarse con la gente y subirse a una mesa mientras cantaba “I never married but Ohio don’t remember me”, la emoción empezó a desbordarse y el público se unificó para cantar, saltar, gritar, sonreír y abrazar a esta banda que forma parte de nuestras vidas, de nuestra angustia y ansiedad adulta.
“ So you can put a blue ribbon on my brain
god I’m very, very frightening
I’ll overdo it”
La cálida oscuridad de National siguió con “Slow Show” .
A continuación el cantante alentó al publico a levantarse de las mesas y acercarse cuando empezaron a sonar los primeros acordes de “Squalor Victoria” mientras la batería de Bryan Devendorf nos brindaba magistrales sonidos y era imposible dejar de moverse y cantar, algo se empezaba a apoderar de nosotros, una reunión de “sad song for dirty lovers”.
El recital siguió con canciones de su ultimo disco, como “Afraid of Everyone“, “Conversation 16“, “Sorrow“, otras del disco “Boxer” y de “Alligator“, como “All the Wine”, “Daughters of the soho riots”,”Abel” y la catártica “Mr November”.
Matt imponente en el escenario con su sombría voz, bebiendo un poco de vino y abrazando a su público, subiéndose a los amplificadores, totalmente metido en el recital y clavando en cada uno de nosotros cada palabra que salía de su voz. El recital tuvo en su set list una elección de canciones enérgicas, momentos de intima conexión entre los que estábamos ahí y ellos, cabe mencionar la predisposición de ellos con el publico mostrándose en todo momento muy conectados y totalmente entregados, los mellizos Dessner sonriendo todo el tiempo, acompañando con sus exquisitos coros y sus violas.
Matt y su mundo, su vino, su forma de cantar, de manejarse por el escenario, todos salimos esa noche un poco mas oníricamente enamorados del señor Berninger.
“It takes a ocean not to break” gritábamos todos al lado de Matt cantando esa gran canción que es “Terrible Love” la penúltima canción del recital, una canción de profunda descarga y miedo al compromiso sentimental, que te hace recordar que todo tipo de amor es un terrible amor.
Para cerrar todos los integrantes de la banda se acercaron al centro del escenario y empezaron a cantar a capella sin micrófonos “Vanderlyle Crybaby Geeks“, un momento en el cual Matt se acerco al publico, como tantas otras veces, donde fue abrazado y besado por su publico y en medio de profundas emociones este show de aproximadamente hora y media, fue terminando con “I’ll explain everything to the geeks” la ultima frase de la canción se fue disipando entre el publico y el recital había terminado.
The National pintó más que una sonrisa en mi rostro y la certeza de haber visto uno de los mejores show internacionales de mi vida, volví caminando por las calles de San Telmo con una púa de Aaron Dessner y su set list en mis manos, feliz de haber descargado tanto “menjunje” emocional en un solo recital.