El fin de semana pasado se llevó a cabo, en el centro de Los Angeles, la décimo primera edición del FYF Fest, un festival que año tras año va aumentando su apuesta en cuanto a line-up. La convocatoria del año pasado, más los nombres que integran la grilla, los obligó a mudarse al L.A. Sports Arena & Exposition Park, un campus gigante que alberga varios edificios, pero que para la ocasión se utilizó su predio al aire libre, instalando tres escenarios, más el Memorial Sports Arena, un estadio cubierto en el que tenían lugar los shows más electrónicos, es decir un total de 4 escenarios, más los campos de comida y demás parafernalia festivalera.
Con las entradas agotadas, el FYF ’14 daba puertas a las 2 de la tarde (Mariachi El Bronx era el primer show a las 2.30), pero el haber cambiado de lugar expuso a los organizadores a varias cuestiones por resolver: el acceso fue lento – muy lento. Casi dos horas haciendo fila es demasiado, no sólo por el sol de frente sino porque la gente se perdió varios shows del comienzo, con nombres que estaban muy interesantes: Connan Mockasin, Angel Olsen o Slint.
Ya una vez dentro del predio, el primer show que vimos fue el de Real Estate, que siguen presentando su fantástico Atlas (2014, Domino Records). En su set de 50 minutos, los chicos de New Jersey (más el nuevo tecladista de LA que se llevó todos los aplausos porque la gente es muy fan de su propia ciudad) recorrieron toda su discografía bajo el sol de las 4 de la tarde: sonaron los hits “It’s Real” y “Talking Backwards“, la instrumental “Kinder Blumen” a modo de introducción, y para los seguidores más viejos, “Beach Comber“, el encargado de cerrar. Alex Bleeker, el bajista, si bien no es el frontman fue quien tiraba las bromas de la tarde y llevaba la cuestión, aunque en determinado momento sacó su celular para chequear sus notificaciones… mal ahí. Luego de ellos, vinieron los Little Dragon para entregar todo su pop nórdico.
Little Dragon, por Tod Seelie
Otra dificultad molesta para el día 1 fue el acceso al mencionado escenario cerrado, el Arena: con un único acceso habilitado, y la platea del lugar cerrada, sólo se podía ir a la pista y el acceso no estaba claro. Muchas quejas hubo por esto, pero para el día 2 lo resolvieron, habilitando las plateas y señalizando mejor los accesos. Chet Faker, Todd Terje, Caribou, Four Tet y DJ Harvey se presentaron aquí el sábado.
Al mismo tiempo que tocaban los Real Estate en el escenario The Lawn, Albert Hammond, Jr. ofrecía su set solista en el escenario principal, antes de darle lugar a Future Islands, la primer sorpresa de la tarde: con su disco Singles (2014, 4AD) recién salidito del horno, los pibes de Carolina del Norte hicieron un gran show de electro-rock, haciendo sándwich entre Hammond, Jr. y Julian Casablancas, todo en el escenario principal.
Albert Hammond, Jr., por Debi Del Grande
Julian Casablancas + The Voidz, por Kelsey J Heng
Uno de los puntos más altos de la noche (y también uno muy esperado) era el regreso de Slowdive: los ingleses insignia del shoegaze que se reunieron este año, volvieron a Los Angeles después de mucho tiempo, y aunque van a dar un show único en el mes de noviembre, era imposible no hacerse expectativas sobre su show en el FYF. Las expectativas quedaron en los bolsillos de la mochila porque nadie se imaginó lo que sucedió: con el sol cayendo, las voces de Rachel Goswell y Neil Halstead estaban intactas, al igual que la destreza de los músicos. Pedales, fuzz y voces hermosas inevitablemente te hacen entrar en trance, con grandes canciones como “Avalyn“, “Catch the Breeze” y las ovacionadas “Machine Gun” o “Alison“, partes de un repertorio que sorprendió tanto al fanático como al espectador ocasional.
Slowdive, por Kelsey J Heng
Luego de Slowdive había que despertarse y llegó Tycho, también en el escenario The Lawn: ya con la noche totalmente entre nosotros, el juego de música y visuales del californiano sirvió para activar y prepararnos para el resto de la noche. Tocó al mismo tiempo que Interpol, otra de las bandas esperadas por su inminente lanzamiento de El Pintor (2014, Matador Records), pero los festivales son así de crueles.
Pero inmediatamente después de Tycho, llegó otro de los nombres para el que tenía mayor expectativa: Grimes. La canadiense sí que sabe cómo dar un show y fue una de las pocas que preparó una escenografía especial, con muchas flores y velas, que en tono con las luces bajas auguraba, al menos, un buen comienzo. Su set de 11 canciones se basó casi exclusivamente en su último disco Visions (2012, 4AD Records) y lo comenzó con “Symphonia IX (My Wait Is U)” pero las cosas de a poco empezaron a subir: con bailarinas (asiáticas, obvio) en escenario, Claire Boucher bailaba, cantaba y además hacía la música. Ningún otro músico comparte su trono en el escenario. No tardó en sonar “Oblivion” que dio lugar para que la multitud se enloqueciera, pero lo mejorcito llegó para el final. Invitando a su amigo y productor Blood Diamonds, tocaron juntos dos de sus composiciones en conjunto más reconocidas: la fantástica “Phone Sex” y “Go“, su más reciente canción originalmente compuesta para Rihanna, que muestra una faceta totalmente distinta. El cierre estuvo a cargo de “Genesis“, con muchas burbujas en el aire para despedir a la Boucher.
Grimes, por Crystin Wiegers
Mientras que Phoenix otorgaba un-show-más, cerrando el día 1 del escenario principal, Ty Segall nos dio el último sacudón en el escenario The Trees. Este era el escenario del mosh y el pogo más crudo, y Segall jugaba de local: su show fue más bien una zapada en el patio de su casa, y además tenía otro condimento especial porque estaba a punto de editar su nuevo disco Manipulator (2014, Drag City) del cual presentó varias canciones. Una cuota de noise para irnos a casa con los oídos tan sordos como contentos.