Desplazados es una serie de Netflix que se centra en una joven australiana con enfermedades mentales que termina encerrada por error en un centro de detención. La razón de ello es que los empleados del área de inmigración no toman en cuenta su condición psiquiátrica ni investigan su caso en profundidad. Lo más terrible de ese programa es que está basado en hechos reales.
Según reportan diarios como The Age, Cornelia Rau nació en Alemania, aunque su familia se mudó a Australia cuando ella todavía tenía menos de dos años. Fue una niña simpática y graciosa, aunque con el correr de los años vivió algunos situaciones en las que tuvo leves problemas de ansiedad. Más adelante, trabajó como azafata en una aerolínea. En un momento decidió tomarse un descanso de ese empleo y se unió a un extraña secta llamada “Kenja Communication”. Años más tarde, su hermana, Chris Rau, reveló frente a la prensa el impacto que ese culto tuvo en Cornelia:
“Mientras estaba con ellos comenzó a enfermarse. No logramos comprender cómo enfermó tanto”.
Chris apuntó entonces hacia Ken Dyers, líder de la secta en cuestión. Él escuchaba los secretos de los integrantes de esa comunidad y después los convencía de que podía leer sus almas. Dyers maltrató física y psicológicamente a Cornelia al hacerle creer que no era una persona valiosa y no tenía ningún talento. Al poco tiempo, ella se convirtió en una persona a la que les costaba funcionar socialmente. Luego también se supo que tanto ella como muchos otros miembros de la secta denunciaron que Dyers los abusaba sexualmente.
Desplazados muestra entonces cómo Sofie Werner, personaje basado en Rau, hace lo posible por escapar de ese peligroso culto. En los años siguientes, Rau continuó viajando a diferentes sitios sin contárselo a nadie. Su nivel de miedo y paranoia la aislaron de sus seres queridos y la expusieron a enormes riesgos. Durante los seis años previos a su detención, ella desapareció constantemente, aunque al final de cada travesía contactaba a su familia.
No obstante, es preciso aclarar que la ficción televisiva no es del todo fiel a su biografía. Por ejemplo, en la vida real Cornelia entró y salió de instituciones mentales durante años y tendía a empeorar porque se rehusaba a no tomar su medicación. Este aspecto de su dramática vida no se ve retrata en la exitosa serie.