El 23 de mayo de 2010, la cadena ABC transmitió el último capítulo de Lost, la popular tira creada por Jeffrey Lieber, J. J. Abrams y Damon Lindelof que, tras 121 episodios puestos al aire, dejó a muchísimos fans con más preguntas que respuestas acerca de su final.
Ahora, después de una década de aquel día, los productores ejecutivos de la serie, Jean Higgins y Jeff Pinkner, conversaron sobre el desenlace de la historia con Observer y reflexionaron sobre cómo se produjo ese final del purgatorio.
Desde el comienzo del desarrollo del show, el título de Lost tenía un doble significado y, si bien los personajes mismos se perdieron físicamente en el mundo en esta misteriosa isla, lo que es más importante es que estaban espiritualmente perdidos en sus propias vidas.
Lost siempre trató de mantenerse fiel a los personajes y, al final, a una perspectiva espiritual sobre la vida y el propósito de cada persona. También abrió nuevas puertas a su historia, incluso cuando serie se acercaba a su final.
“Incluso desde las conversaciones muy, muy iniciales, consideramos todo lo que podría sumar esto, por lo que hubo una especie de marco establecido”, dijo Pinkner antes de agregar:
“Siendo narradores, todos nosotros queríamos permanecer realmente abiertos a cualquier posibilidad y no limitarnos a nosotros mismos dando una respuesta. Discutimos muchas posibles respuestas y dejamos un espacio libre, sin comprometernos con ninguna de ellas”.
Sin embargo, con el correr del tiempo un final más definitivo comenzó a tomar forma. Higgins aseguró que “era bastante obvio para todos nosotros que era una forma de purgatorio” desde el principio y que los showrunners [Damon Lindelof y Carlton Cuse] “no sentían que tenían otro lugar al cual ir” cuando llegó la sexta y última temporada.
Además, el productor recordó que, para empeorar las cosas, el llevar la historia a su desenlace no fue el único dolor de cabeza con el que tuvieron que lidiar de cara a la temporada 6 y “The End”, el episodio doble que concluyó la trama.
“Te metés en eso y pensás: ‘Esto va a ser más grande, más intenso, cómo lo logramos…’. Porque tenés un presupuesto limitado”, agregó Higgins. “No tiene un final abierto. Curiosamente, cuando los estudios saben que es la última temporada, es algo así como: ‘Bueno, eso no va a ayudar porque es el final’. Así que estaban tratando de descubrir cómo hacer todo lo que necesitaban o querían dentro de los parámetros”.