Más allá de si te enganchaste o no. Si pensás que es la serie más grande de la historia o “no es para tanto”. Si venís disfrutándola desde el minuto cero o te sumaste con el hype. Si la tenés al día o estás esperando que termine para mirarla de un tirón.
Sea cual sea tu situación, es innegable que Game of Thrones se convirtió en un evento cultural mundial y que el inicio de su última temporada mantiene las expectativas a un nivel altísimo. Pero también seamos honestos: el último episodio se emitió en agosto del 2017 y no todos disfrutamos de una memoria enciclopédica. Por esto, a pasitos de la premiere, decidimos armar un breve repaso sobre todo lo que sucedió en su última entrega.
A los Stark, lo que es de los Stark
Uno de los puntos más importantes de la séptima temporada es algo que, desde la muerte de Ned Stark, todos estábamos esperando con ansiedad: el reencuentro entre los sobrevivientes de la familia de Winterfell. Por diferentes caminos, Sansa (Sophie Turner), Arya (Maisie Williams), Bran (Isaac Hempstead-Wright) y Jon (Kit Harington), se enteran de la supervivencia de sus propios hermanos y, ya reunidos, empiezan a coordinar un plan y organizar no solo la guerra contra los muertos sino también vengar ciertas muertes.
Si bien ya son personas muy diferentes de aquellas que conocían (un muerto que volvió, una máquina asesina, cambiapieles y una poderosa líder), la reconexión es inmediata.
La clave siempre estuvo a nuestros pies
Así como en Harry Potter, en Game of Thrones los amigos de los protagonistas juegan un papel fundamental. Durante esta entrega es Sam (John Bradley-West) quien descubre que Dragonstone es una enorme reserva de dragonglass, el elemento clave para intentar ganar la batalla contra los muertos. A partir de este hallazgo y mediante la invitación de Daenerys, Jon viaja a convencerla para que se sume a su lucha.
Tensión, muerte, primeros encuentros con el enemigo y algo de sexo, este encuentro posee algo aún más importante: el descubrimiento de los dibujos de los niños del bosque en la cueva de dragonglass. Además de ser una escena cinematográficamente hermosa, no sería extraño que allí se oculten las claves para el futuro.
No nos ahorramos de ninguna muerte
Como ya nos tienen acostumbrados, durante la séptima temporada fueron varios los caídos en batalla. Y el volumen es tan alto que crear un In memoriam de Game of Thrones sería una tarea infinita, pero entre las pérdidas más destacadas (y que no deberías olvidar) están:
Las Sand Snakes en la lucha contra Euron (Pilou Asbæk). Y además él es el responsable de llevar a Ellaria Sand frente a Cersei, quien planifica su propia venganza con el beso de la muerte.
Olenna Tyrell (Diana Rigg) en manos de Jaime (Nikolaj Coster-Waldau). Él, luego de tomar Highgarden, se encuentra cara a cara con la anciana a quien hace beber un vino envenenado.
Littlefinger (Aidan Gillen) engañado por Sansa y Arya. Aunque el rey de la trampa creía tener a las hermanas controladas, ellas le ganaron en su propio juego y la más chiquita se encargó de hacer el trabajo final.
Thoros de Myr (Paul Kaye) herido por un oso polar zombie. Porque en esta serie todo puede pasar, ¿no?
Viserion derribado en batalla por Night King. Pero a él no lo vamos a dejar de ver ya que es revivido por medio de la magia y ahora, lamentablemente, se sumó al frente enemigo.
El miedo a lo profecía
Uno de los puntos de mayor debate gira alrededor del destino de Cersei. ¿Qué es lo que sucederá con la reina malvada? Por el momento sabemos que (al menos eso dice) vuelve a estar embarazada de Jamie y que, por otro lado, promete casarse con Euron luego de que esta locura termine.
Sin embargo acá hay un hecho que nunca debemos olvidar, en la serie Maggy la Rana le dijo que lograría llegar a reina (¡check!) y que tendría tres hijos de dorados cabellos y doradas mortajas (¡check!). Esto alimentaría la teoría de que Cersei está mintiendo y en realidad no está esperando un hijo o que, por otro lado, sí está embarazada pero la gestación no va a llegar a término.
Al fin, una de nuestras teorías se hace realidad
En este ir y venir de personajes, la séptima temporada fue el momento en donde se confirmó una de las teorías con más peso e historia dentro de la fandom. El origen de Jon Snow (que, recuerden, “Snow” es el apellido que tomaban los hijos bastardos en el Norte) ya no es el amorío de Ned con una desconocida sino, por el contrario, es hijo legítimo de Lyanna Stark y Rhaegar Targaryen. Hoy ya sabemos que su verdadero nombre es Aegon Targaryen.