Netflix acaba de estrenar Las muertas (The Dead Girls), serie del director Luis Estrada, conocido por su sátira política ¡Que viva México! (2023). La producción se inspira en uno de los casos criminales más impactantes y macabros de la historia mexicana: el de "Las Poquianchis", las hermanas González Valenzuela, responsables de decenas de asesinatos en los años 40, 50 y 60.
La ficción sigue a Arcángela y Serafina Baladro -interpretadas por Arcelia Ramírez y Paulina Gaitán-, dos mujeres que transforman un bar provinciano en un burdel clandestino. Allí someten a jóvenes a la prostitución y, entre corrupción policial y violencia, comienzan a acumular cadáveres en circunstancias cada vez más siniestras.
La tensión crece cuando Simón Corona (Alfonso Herrera) entra en escena, atrapado entre el amor, la lealtad y la brutalidad del negocio. El elenco se completa con Joaquín Cosío como el capitán Hermenegildo Bedoya y Mauricio Isaac como "La Calavera".

La historia real detrás de Las muertas
Detrás de la ficción hay una historia todavía más cruda y perturbadora: la de las hermanas Delfina, María de Jesús, María Luisa y Carmen González Valenzuela, quienes pasaron a la historia criminal de México como algunas de las asesinas más temidas del país. Entre 1945 y 1964, estas mujeres administraron burdeles en Guanajuato y Jalisco, donde explotaban sexualmente a adolescentes secuestradas o engañadas, sometiéndolas a violencia extrema, hambre y torturas.
Con el tiempo, la investigación judicial reveló un panorama de terror: cuerpos enterrados clandestinamente, asesinatos de bebés nacidos en cautiverio, abortos forzados y desapariciones. Aunque la cifra oficial fue de 91 víctimas, se cree que pudieron haber superado las 150. El caso salió a la luz en 1964 gracias a la fuga de una de las mujeres cautivas y tuvo una enorme repercusión en los medios de la época, especialmente en la revista sensacionalista Alarma!

El juicio que siguió expuso no solo la crueldad de las hermanas, sino también la complicidad de autoridades locales, militares y policías, que durante años encubrieron el funcionamiento de los burdeles a cambio de favores y sobornos. La indignación pública fue lapidaria y la sociedad quedó shockeada por el descubrimiento de cómo la corrupción había permitido que un sistema de explotación y muerte operara durante casi dos décadas sin ser interrumpido.
La serie de Estrada, basada en la novela Las muertas de Jorge Ibargüengoitia, retoma este episodio oscuro desde la ficción, pero sin perder de vista el trasfondo real que la inspiró. La producción mezcla thriller y crítica sobre la corrupción y el poder, con el fin de recuperar una de las páginas más estremecedoras de la historia mexicana.