Las ficciones sobre la vida en la cárcel causan furor en diferentes países y representan un gran atractivo para las audiencias masivas. Producciones como El marginal, Vis a Vis y Orange Is the New Black se volvieron sensaciones en todo el mundo y ahora Netflix ha redoblado la apuesta al estrenar un reality que sucede en un penal.
Se trata de la miniserie de 8 capítulos Sin cerrojos: Un experimento carcelario, un nuevo contenido de la plataforma de la N que está causando gran sensación, no solo porque presenta una crítica al sistema carcelario de los Estados Unidos sino porque también plantea un arriesgado experimento social.
En qué consiste este experimento
El reality se lleva a cabo en la prisión regional Pulaski de Arkansas donde se encuentran 46 presos, entre los cuales se presentan 13 acusados de asesinato. Allí, el sheriff Eric Higgins, defensor de la reforma carcelaria, propuso un riesgoso experimento: que un grupo de reclusos tome decisiones por sí mismos, que las puertas de las celdas queden abiertas y que no haya seguridad.
El objetivo del reality
El documental muestra cómo se va desarrollando este experimento -estipulado para durar seis semanas-, cómo reaccionan los presos y las violentas peleas que ocurren. Con las puertas de las celdas abiertas las 24 horas, son ellos quienes crean sus propias reglas, establecen jerarquías y, básicamente, se autogobiernan. Cabe aclarar que en todo momento son supervisados por monitorización externa mientras los guardias no están en el penal.
Sin cerrojos: Un experimento carcelario muestra violencia, humanidad, esperanza y más matices que se desprenden de una prueba que busca pensar a los presos como sujetos que luego deben reinsertarse en la sociedad y crear un espacio menos violento, siendo que no dependerían del control de superiores.