Mientras que la televisión británica es muy fuerte dentro del consumo seriéfilo argentino; las producciones de otros países se asoman con algo más de timidez y todavía son “unos pocos” los que se sumergen a universos construidos en Francia, Alemania, Dinamarca, Australia o Japón. Ante esta situación la idea de hacer un remake parece tentadora pero ¿cuándo y por qué? o, aún más importante, ¿es realmente necesaria?
Si nos ponemos a pensar son muchas las series australianas que vimos, comentamos y recomendamos: Wentworth, Glitch, Please Like Me, The Code o Top of The Lake. Pero la lista se agranda aún más cuando también sumamos aquellas producciones que su versión original tiene como origen Australia pero que nosotros la conocimos por la remake norteamericana. En este contexto nos encontramos con series como The Slap en donde, mirar las dos versiones, es casi como mirar el mismo capítulo dos veces y otras en las que la remake sí trae algo nuevo y termina siendo interesante disfrutarlas. El mejor ejemplo que puedo pensar en este momento es No Activity, una comedia low profile que si estás buscando un show diferente, puede ser la respuesta a tus plegarias.
Vayamos por pasos
Mientras que la serie original fue desarrollada por Stan y protagonizada por el exitoso comediante australiano Sam Simmons, la primera temporada estrenó durante el 2015 y un año después llegó la segunda. Su edición norteamericana llegó durante el 2017 y fue CBS All Access la plataforma que la difundió.
Presentando diferentes escenarios estáticos (desde un auto hasta el callcenter del dispatch) la historia se centra en dos policías que tienen como misión vigilar un supuesto centro criminal. Dándole dinamismo con el ida y vuelta de los espacios, con muchos actores invitados y una gran apuesta a la química entre sus personajes, la serie tiene una fuerte apuesta a la conversación.
En la remake se respetan estos lineamientos generales: tenemos a los dos policías en el auto, el apoyo telefónico, los dos criminales y, en este caso, dos obreros que están haciendo un túnel desde México. Pero, al contrario de su versión original, en la remake nos encontramos con nombres que reconocemos fácilmente: Patrick Brammall (New Girls, Life in Pieces, quien también actúa en la versión australiana), Tim Meadows (The Goldbergs), Amy Sedaris (Unbreakable Kimmy Schmidt), Jesse Plemons (Breaking Bad, Fargo, Black Mirror), Arturo Castro (Broad City, Narcos), Adrián Martínez y Will Ferrell y Bob Odenkirk (Breaking Bad, Better Call Saul). Lista que se enriquece aún más con los artistas invitados J. K. Simmons, Mackenzie Davis, Bridget Everett, Michaela Watkins y Jake Johnson.
Con ocho episodios de 30 minutos, la misión de esta entrega tiene lugar en un puerto norteamericano en donde, dentro de uno de los galpones, dos criminales tienen como tarea facilitar la llegada de drogas que vienen desde México. Por fuera, los dos detectives, vigilan cualquier actividad que pueda resultar sospechosa mientras reciben todo tipo de visitantes en su auto de policía.
Con qué te vas a encontrar
Antes de sumergirnos en las cualidades de esta historia es importante resaltar dos puntos: el primero es que si estás en la búsqueda de una sit-com clásica, No Activity no es la serie para vos; por otro lado también es importante aclarar que es un show en donde se hace muchísimo hincapié en los diálogos y no tanto en el accionar de sus personajes.
Entonces si hablamos del aspecto más acertado de esta producción, no hay dudas en que es el elenco. No solo porque el grupo está repleto de estrellas sino porque la química que se alcanza entre los diferentes personajes es espectacular y, cada uno de ellos, logra traer un color distinto a la historia. En definitiva nos encontramos con una comedia de episodios breves pero que tiene una gran cantidad de muy buenos personajes que van desde delirios absolutos hasta conversaciones existenciales o la relación de las duplas (policías y criminales) en donde la búsqueda de la amistad parece un tema mayor.
Y es gracias a este punto que los diálogos toman tanto poder y terminan resultando asombrosamente graciosos; no bajo la estructura de “hace un chiste y espera que el público se ría” sino desde los temas que trabajan, sus reacciones, los monólogos y las salidas inesperadas con las que nos podemos encontrar. Esa variedad de personajes, de temas y diálogos logran que uno, como espectador, se olvide los tres escenarios estáticos en los que siempre nos encontramos.
Por último No Activity trabaja de manera orgánica la idea de “la constante sorpresa” en donde, sin agotar el recurso, podemos esperar que pase cualquier cosa. De hecho, a medida que avanzamos, nos resulta completamente normal que un cuervo ataque a los personajes, que dos policías instalen una pochoclera en el auto o todos se hayan enamorado perdidamente de la madre de uno de los criminales.
Es por esto que, si estaban buscan una serie que traiga aire fresco a una grilla recargada de estrenos, con diálogos inteligentes, situaciones divertidas y que puede mostrar lo peor y mejor del ser humano en un mismo instante, entonces búsquenla porque les va a encantar. De lo contrario, mejor dejenla para el olvido.