A 20 años del estreno de The Office, la serie británica creada y protagonizada por Ricky Gervais, muchos comentarios se han hecho con respecto a su incorrección política, sus gags y cómo sería su recibimiento si se estrenara en la actualidad. La serie original fue estrenada por BBC 2 y luego se produjo una versión norteamericana protagonizada por Steve Carell que al día de hoy sigue cosechando fans.
Fue el propio Gervais, uno de los cómicos más singulares del panorama actual, quien se refirió a la sitcom en retrospectiva y habló con ironía de la cultura de la cancelación, aunque sus palabras fueron tomadas demasiado literales: “Alguien dijo que podrían intentar cancelarlo algún día, y yo digo, ‘Bien, que lo cancelen. ¡Ya me pagaron!'”.
Ante este comentario, la prensa y las redes sociales comprendieron inmediatamente que el actor y guionista de After Life aceptaba la idea de que ahora podría ser cancelada, por eso se tomó el trabajo de explicarse en Twitter: “Para ser claros, no dije que The Office se cancelaría si se hiciera hoy. Eso no tiene sentido. Todavía está disponible” y terminó diciendo que su comentario fue “Claramente una broma”.
Gervais se muestra como un comediante incómodo y en sus guiones, series e intervenciones acude al humor negro, la crítica social y la ridiculización de los estereotipos. Sus personajes siempre suelen contener un especial pesimismo y un corrimiento de los estándares correctos a nivel político y social. De todos modos, The Office permanece como una de las grandes series que soporta el paso del tiempo, aunque si hubiera nacido en nuestra época posiblemente habría sufrido más de una crítica ideológica.
Lo cierto es que, al igual que muchos artistas, Ricky Gervais apuntó hacia la cultura de la cancelación que en un comienzo se planteó como una forma de penalizar desigualdades y repensar postulados anquilosados pero que hoy en día cercena cada vez más rabiosamente las producciones culturales.