La primera temporada de Stranger Things iba a tener un trágico final, que al final no sucedió.
A través de un libro de curiosidades sobre la serie de Netflix (Things: Worlds Turned Upside Down), sus creadores, los hermanos Duffer, afirmaron que tanto Eleven como Steve morían.
“Eleven se iba a sacrificar por el resto. Ese era el fin del juego. Pero cuando nos dimos cuenta de que el show tenía potencial para seguir más allá de una temporada, necesitamos dejarla más tiempo, porque en el fondo sabíamos que el show no funcionaría sin Eleven.”
Steve, interpretado por Joe Keery, también estaba más cerca de la muerte en la idea original:
“Este personaje de Steve, se supone que solo sería un idiota”.
Pero fue la actitud y carisma de Keery lo que provocó que su destino cambiase de manera radical y se convirtiera en alguien fundamental en el reparto.