Subidos al navío, una puesta de sol al final del horizonte ilumina el mar transparente de nuestras alegrías. Pero llegada la noche las olas negras nos conducen al vacío incómodo de la soledad. Los dolores más venenosos de la vida…
Subidos al navío, una puesta de sol al final del horizonte ilumina el mar transparente de nuestras alegrías. Pero llegada la noche las olas negras nos conducen al vacío incómodo de la soledad. Los dolores más venenosos de la vida…