Son las 6 de la tarde. Afuera el calor aplasta. El bar todavía no abrió: todas las luces están prendidas, las mesas están apiladas y las pinturas de Hundertwasser me miran con una claridad resacosa. Es raro. El espacio está…
Son las 6 de la tarde. Afuera el calor aplasta. El bar todavía no abrió: todas las luces están prendidas, las mesas están apiladas y las pinturas de Hundertwasser me miran con una claridad resacosa. Es raro. El espacio está…