Previo al lanzamiento de su tercer disco, la banda cordobesa estrenó el video de “La partícula de Dios“, una nueva canción que insinúa algunos de los elementos neo-psicodélicos del Templo Sudoku aunque apueste, en simultáneo, por una lírica y un complejo de matices sonoras de mayor vuelo.
Musicalmente, la canción se desarrolla de manera lineal desde una base de armonías algo hipnóticas que, acompañadas por una cadencia sutil y casi hablada, generan un efecto embriagador que logra imponerse con delicadeza y éxito incluso prescindiendo de un estribillo (aspecto más que significativo para una canción de aspiración pop).
En lo visual el video refuerza una línea que viene siendo trabajada desde hace un tiempo, tanto desde las fotografías como desde las proyecciones que acompañan los shows y que tiene como principal artífice a Joaquín Ferrón: un complemento perfecto que resalta el espíritu estético de la banda y amplia su cosmovisión sonora.
Aunque las imágenes puedan percibirse como fragmentarias y caprichosas se logra inferir una pequeña narrativa que, gracias al ritmo y la ambigüedad audiovisual, podría remitir tanto a un sueño de infancia como a la postal de un futuro post-apocalíptico a lo Blade Runner. Un delirio retrofuturista que se disfruta como un dulce viaje de ácido.