#LaLuchaEsHoy #08
Romina Zanellato (1984) es @romizanellato. Es periodista y colabora en varios medios. Hace el podcast Los Cartógrafos junto a Rosario Bléfari y Nahuel Ugazio. Hizo el blog #AmoInternet.
Calu Rivero le dice a Jorge Rial: “El problema mío es que no tuve el valor de decir basta y seguí por la presión, porque era chica, porque era mi sueño, y yo no iba a largar mi sueño así como así”. Está hablando de las actitudes de Juan Darthés que ella sintió abusivas, mientras fueron pareja de ficción en la novela Dulce Amor de Telefé . En su relato, ella cuenta que se sintió incómoda por actitudes de él fuera del libreto, las cuales ella le pidió que no las repitiera pero que él continuó haciéndolas. La frase de Calu “el problema mío fue que no tuve valor de decir basta” encierra dos aspectos: que las mujeres seguimos culpándonos -¿ella es el problema?-, y también muestra la salida a esa situación: decir basta, y decirlo juntas. En ambas situaciones el precio a pagar es alto, si una habla va a recibir críticas, y fah que ellas recibió, si una se calla sufre y deja sin cuestionamientos al abusador.
La Ley 26.485 de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres establece como definición: “Se entiende por violencia contra las mujeres toda conducta, acción u omisión, que de manera directa o indirecta, tanto en el ámbito público como en el privado, basada en una relación desigual de poder, afecte su vida, libertad, dignidad, integridad física, psicológica, sexual, económica o patrimonial, como así también su seguridad personal” y tipifica cinco violencias: la física; la psicológica -donde entra el acoso-; la sexual -donde también se incluye el acoso y el abuso sexual-; la económica y patrimonial; y la simbólica.
Le pregunté a una abogada feminista, compañera de espacios de militancia, y me dijo por mensaje de whatsapp desde Tribunales: “un acoso puede ser abusivo, pero el acoso, salvo el grooming, no es delito”. Por eso Calu Rivero no hizo una denuncia, por eso Juan Darthés -que amenazó con denunciarla a ella y a todas las actrices que salieron a contar que vivieron la misma situación- se siente victorioso y soberbio en la mesa de Mirtha Legrand.
La Organización Internacional del Trabajo presentó un informe en 1996 realizado en 36 países donde Argentina sacó una de las tasas más altas de acoso en el mundo. A pesar de esa situación, el acoso no se considera delito penal. La diferencia entre acoso y abuso sexual es que el acoso es la conducta intimidatoria, que te toque la pierna, que un tipo haga uso de su posición de poder e intente hacer contra vos algo que vos no querés que haga, en cambio el abuso es cuando esa acción ya fue cometida. Hace poco hubo modificaciones en el artículo 119 del Código Penal de la Nación que tipifica el abuso sexual.
Cuando Calu se pregunta porqué no tuvo el valor de gritar basta, de impedirle que la vuelva a hacer sentir incómoda, ella muestra ahí lo que muchas mujeres hemos sentido a lo largo de la vida: hablar tiene un precio, siempre estamos en desventaja. ¿Qué pasa ahora? Cuando hablamos, cuando salimos a contar nuestra experiencia de maltrato, se genera una doble reacción: otras mujeres salen a apoyarte, a decirte que te creen, a contar su experiencia y así la sensación de justicia crece y crece; y por el otro lado los tipos empiezan a vivir un proceso de lo más variado, desde la humillación hasta la exaltación (no nos olvidemos de las canciones a favor de Ricardo Barreda). Pero qué les pasa a ellos en relación a las denuncias que pueden tener mayor o menor veracidad es algo para escribir otra columna. Muchos están aprendiendo ahora, lástima que no sea retroactivo, pero todxs antes o después tienen que hacerse cargo. Por ejemplo: acaba de renunciar Juan Darhtés a su rol protagónico frente a la tira Simona. Cuando la situación es clara, cuando la denuncia es consistente, cuando las voces de las mujeres están unidas, por más poderoso que sea, la responsabilidad llega.
Sí, el escrache puede ser un arma muy eficaz y justiciera, pero también es peligrosa. Por eso, antes de exponerse hay que asesorarse y pedir ayuda: llamá al 144 que ofrece contención telefónica en todo el país, todos los días, las 24 horas. Y, en CABA, el 4123-4510 es el teléfono de la Oficina de Violencia Doméstica de la Corte. Es indispensable, además, que te acerques a grupos feministas de apoyo y contención. Sólo por mencionar uno: Casa del encuentro.
Hoy, en Las12, el suplemento de Página/12, la periodista Luciana Peker le hizo una nota a Calu después de la marcha del #8M, y ella dijo:
“Lo que me paso a mí era de todas y lo que le pasa a todas, ahora, es mío. Es una lucha que la voy a llevar con mucha responsabilidad. En la marcha tomé conciencia de muchas frases. En la acción está la realidad. Este abrazo, esta empatía significa ‘Nos tenemos’”.