En medio del caos que propició el 2001, un centenar de fanáticos argentinos encontró paz mental en un videoclip de MTV de risas macabras, un estribillo pegajoso, la melodía de tinte apocalíptico y la promesa de un futuro incierto. Se trataba de “Clint Eastwood” de Gorillaz, el proyecto de vanguardia de Damon Albarn. Entre los afectados por la canción, se encontraba Luciano Madia o mejor conocido como Lachi. El encuentro con este video fue el inicio de un camino dedicado al diseño, la ilustración y la animación.
Se dice que los padres son el primer modelo a seguir y también los que ofrecen las primeras herramientas para construir una sensibilidad. En el caso de Lachi, fue su padre quien le acercó los discos de Pink Floyd, para poder compartir juntos el fanatismo por esos sonidos radicales. También le presentó a Storm Thorgerson, el creador de las tapas de la banda, tal vez más conocido por el arte de The Dark Side of the Moon (1973), que se convirtió en una influencia clave para el artista.
Los canales musicales como MTV y MuchMusic fueron parte de su educación emocional y el encuentro con los videoclips de Gorillaz marcó un antes y un después en su vida. “La convivencia entre una banda de rock con dibujos animados me voló la cabeza -comenta el artista en conversación con Indie Hoy-. Tenía 10 años, pero en ese momento aprendí lo importante que es lo visual en la música. Mi interés fue creciendo y mis padres me compraron una guitarra y así comencé a estudiar”.
Cuando terminó la secundaria, se puso a trabajar en una casa de revelado de fotos por Villa del Parque, su barrio de la infancia. La fotografía analógica le permitió comprender la relación entre los colores y el retoque digital en Photoshop. Ese mismo año se anotó en la carrera de Diseño de Imagen y Sonido en la Universidad de Buenos Aires, donde ganó conocimientos en dibujo técnico, cine y diversos lenguajes artísticos.
Durante este periodo formó sus primeras bandas de rock y tocaba en casa de amigos y bares. Pronto se dieron cuenta que necesitaban de flyers para promocionar las fechas y así Lachi comenzó a experimentar con el diseño. “Sin darme cuenta estaba realizando mis primeras creaciones tratando de divertirme sin muchas exigencias. Descubrí lo mucho que me gusta pensar en el arte visual”, afirma.
A lo largo de su carrera, Lachi creó flyers para Los Besos, Lucy Patané, Eve Calletti, Ainda, Lucio Mantel, Shaman Herrera y muchos otros. Su trabajo sintetiza una sensibilidad por la música y la armonía de los elementos en las composiciones, desde los colores que parecieran ocupar un lugar central hasta una tipografía diseñada con extremo detalle.
Se reconoce también un gusto por el trabajo artesanal: “Todo está realizado bajo mi trazo y me gusta mucho evidenciar que lo que esté plasmado en la imagen está hecho a mano. Esto es muy importante para mí porque siento que lo hace más humano, y por otro lado, más auténtico”.
A la hora de buscar inspiración, el artista observa la naturaleza y la manera en que se expresa en la ciudad. También se inspira en las portadas de vinilo retro, los videojuegos de la consola Sega, las películas de ciencia ficción de los años ochenta y los dibujos animados. Con todos estos elementos busca generar una pieza que remita al pasado pero tenga una clara impronta contemporánea. Otros referentes de los cuales se nutre mucho son Marte, Paula Duró, Santi Pozzi, Ousi, Poms, George Manta, Andry Bett y Milagros Pico; profesionales con los que tuvo extensas charlas y lo ayudaron a ocupar un lugar dentro de la escena actual.
Cuando trabaja en el diseño para algún artista, Lachi intenta conocerlo en profundidad: dedica varias horas a escuchar las canciones e intentar descubrir todas las aristas posibles de su personalidad y de su trabajo. Antes de buscar referencias, esboza varios bocetos con lápiz y papel para comenzar a materializar la idea. Luego utiliza la computadora para digitalizar y aplicar color y texturas con la tableta de dibujo.
Uno de sus trabajos más importantes fue junto a KEXP, la radio de Seattle que transmite sesiones en vivo de diferentes artistas alrededor del mundo. En 2022, la radio se acercó a Buenos Aires para transmitir algunos show de diferentes artistas locales y Lachi fue convocado por la productora Waleco para realizar ilustraciones que construyan la identidad del evento. “Sin duda fue uno de los trabajos que más me gustó hacer, no solo por el alcance del mismo, sino también por la posibilidad de trabajar para artistas como Juana Molina, Mi Amigo Invencible, Nicki Nicole, Bandalos Chinos, Lucy Patané, entre otros”, afirma.
Aunque entiende que el arte no puede modificar sustancialmente los problemas de la gente, las imágenes de Lachi intentan generar estadios de reflexión, una búsqueda que va más allá de promocionar una fecha o un evento. En este sentido, Luciano Madia pertenece a una ferviente ola de diseñadores argentinos que piensa más allá de la comunicación: buscan generar una sensibilidad en común, un territorio para mirarnos y también pensarnos.