Rushmore es una película bisagra dentro de la filmografía de Wes Anderson. Se trata del segundo largometraje de su carrera, el sucesor de Bottle Rocket, en el que presenta de lleno el estilo que luego lograría perfeccionar y que lo erigiría como uno de los autores más reconocidos del cine contemporáneo.
Rushmore se estrenó en 1998 y contó con guion de Anderson y uno de sus colaboradores más asiduos: Owen Wilson. La historia se centra en Max Fischer (Jason Schwartzman), un excéntrico alumno de la Academia Rushmore que tiene devoción total por la institución a pesar de ser uno de los peores estudiantes, y se enamorará de una de las maestras de la escuela (Olivia Williams).
Mientras tanto, Max construye un vínculo de amistad y signado por rasgos paternales con el Sr. Blume (Bill Murray), el padre de dos jóvenes que asisten a la misma escuela, quien también se enamorará de la misma docente.
Temáticas claves en la filmografía de Anderson
La trama de Rushmore despliega algunas de las temáticas clave del cine de Anderson: sujetos que, aún siendo parte del sistema, son identificados como outsiders y parecen no poder adaptarse a la norma de manera correcta. La rebeldía de los personajes de Anderson está lejos de ubicarse en las drogas, la corrupción del sistema o la violencia, sino todo lo contrario. A través de una suerte de infantilidad, Anderson y Wilson construyen a estos “raros” que se presentan al espectador desde la ternura y la extrañeza.
Para este film, el director ya cuenta con dos de sus actores fetiche, Murray y Schwartzman. El primero construye con delicadeza y desfachatez un personaje que lo acompañará en una gran cantidad de títulos a lo largo de su carrera -con y sin Anderson-: un hombre con pocas expectativas sobre la vida, cubierto en una nostalgia que lo lleva a conductas autodestructivas y con un nihilismo subyacente. Schwartzman, por su parte, representa todo lo contrario, interpretando a un chico de 15 años típicamente soñador dentro del contexto escolar e intentado construir una vida que no existe para él.
Los primeros indicios de una estética que dejaría huella
En lo que respecta a la estética, Rushmore es también la primera película del director estadounidense que comenzará a mostrar su obsesión por las tomas simétricas y las paletas de colores definidas, estilo que luego presentaría una fuerte evolución en su siguiente película, Los excéntricos Tenenbaum. Al momento de su estreno, la cinta fue bien recibida por el público y la crítica y casi duplicó su presupuesto en la recaudación.
Así, Rushmore representa un potente germen de lo que sería una carrera prolífica y altamente peculiar. En retrospectiva, la película es el resumen y el desarrollo de los aspectos que definen el cine de Anderson: comedia ácida y con una cuota de absurdo; una estética artificiosa; personajes y relaciones humanas disfuncionales; construcción de familias alternativas y dirección de actores desde una suerte de carencia de expresividad. A diferencia de las más recientes películas de Anderson, Rushmore contiene la magia de lo primigenio, de una producción más modesta y de un centro situado en la trama más que en los aspectos visuales.