Pedro Almodóvar, como casi todo cineasta, tiene sus actores predilectos a quienes invita a menudo a trabajar en sus películas: Penélope Cruz, Cecilia Roth, y por supuesto Antonio Banderas, son algunos de ellos.
El director oriundo de Calzada de Calatrava confía tanto en las capacidades del citado histrión que hace poco lo convocó nuevamente para protagonizar Dolor y Gloria (2019), un filme bastante autobiográfico en el que Banderas encarna a la perfección a Almodóvar en su etapa madura. Dicho papel inclusive le valió una nominación en los Oscar de este año.
La amistad entre ambos nació a comienzos de los 80 en pleno apogeo de la movida madrileña. Por entonces, Almodóvar ya había debutado tras las cámaras con Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón (1980). Y aunque esa cinta había sido celebrada entre cierto público con gustos vanguardistas, en general la crítica la tildó de “vulgar” o “guarra”. Así que después de ello, el realizador tuvo que luchar arduamente por conseguir financiamiento para rodar su segundo filme titulado Laberinto de pasiones (1982).
Según reportan medios como el diario ABC, Pedro consiguió un préstamo del Banco de Crédito Industrial gracias a sus amigos con la condición de que contratase a un joven actor de teatro llamado Antonio Banderas para su próximo largometraje.
Fue así como ambos se conocieron en la terraza del Café Gijón en 1981. Por esa época, Banderas estaba actuando en la obra de teatro La hija del aire, de Pedro Calderón de la Barca, dirigida entonces por Luis Pascual. Antonio todavía recuerda ese encuentro que lo llevó de las tablas a la pantalla grande:
“Un grupo de actores estábamos tomando un café antes de hacer la función y entonces llegó un tío con un maletín rojo, se sentó, empezó a hablar y me pareció muy gracioso y entonces me dijo ‘Tú tienes una cara muy romántica, tú deberías hacer cine algún día’ y se marchó. Y digo a mis amigos ‘¿Y éste quién es?’ y dicen ‘Es Pedro Almodóvar, ha dirigido una película que se llama Pepi, Luci, Bom, pero no va hacer ninguna más'”.
Banderas además comentó que, luego de esa charla casual, Almodóvar se acercó días después al teatro donde él actuaba para ofrecerle un importante rol en Laberinto de pasiones. El resto ya es historia.