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El diablo blanco
Ignacio Rogers – Sección: Vanguardia y género
Cuatro amigos viajan de vacaciones a un pueblo aislado emplazado en la selva y ni bien llegan los conquista una sensación de desconcierto por la extrañeza del lugar, su energía y sus pobladores, algo que no tardará en convertirse en miedo. Todo comenzará con el asesinato de la hija del administrador del lugar donde estos amigos se hospedan y Fernando, el más receptivo de los cuatro es quien resultará más afectado, porque el mal debe tener un conductor hacia sus víctimas, alguien tangible y débil en quien asirse. En clara alegoría a la conquista de América, El diablo blanco es una bien lograda película de suspenso, que logra mantener la tensión y el verosímil. Su inconveniente radica en que hay escenas que están para explicar o adelantar algunos elementos, evidenciarlos, los cuales sobran, ya que esta coproducción entre Argentina y Brasil dirigida por Ignacio Rogers funciona mejor en lo que no se dice, en la extrañeza. Haciéndole honor a esas historias sobre forasteros que llegan al lugar incorrecto en el momento equivocado, El diablo blanco se vale de la tensión in crescendo y el paisaje selvático para contar una leyenda ancestral latinoamericana, que habla de indios asesinados y una sociedad resentida, con ritos oscuros, dosis generosas de sangre y sacrificios humanos. Es así como el film logra momentos de tensión valorables aunque a veces se apoyen en lugares seguros para terminar de convencer y dejar demostrado que el cine de terror también puede ser latinoamericano. – Luis Mendoza
God of the Piano
Itay Tal – Competencia internacional
Dirigida por el israelí Itay Tal, God of the Piano es una película excepcional sobre los designios, el prodigio y la búsqueda de la perfección a como de lugar. Anat es una dedicada y talentosa pianista que está embarazada y sus expectativas sobre la vida se derrumban cuando, al tener a su hijo, resulta ser sordo. Con actuaciones impecables, tanto de ella como del talentoso círculo de pianistas que la rodea, este film sigue de cerca esa asfixiante y demandante relación entre madre e hijo, o bien entre los deseos de perfección que una madre deposita en su hijo, los cuales lleva a un extremo incómodo y reprobable. El piano, como es de esperarse, se convierte en un personaje central, el que los domina y determina, el que los tiene a todos a su alrededor como si fuese un Dios que le da a cada uno un designio predeterminado. La película ahonda en estas relaciones que se resquebrajan a medida que transcurre el tiempo, ya sea entre Anat y su esposo, con su hijo, su suegro o un pianista con el que se involucra sentimentalmente. A medida que el tiempo pasa entre notas, partituras y lecciones, Anat se dará cuenta que el precio que deberá pagar por sus decisiones es mucho más alto del que esperaba. Impecable en su casting y su edición de sonido, God of the Piano deja entrever unos atisbos existencialistas y morales revestidos de disciplina y un apego feroz (y peligroso) hacia la perfección. – Luis Mendoza
Margen de Error
Liliana Paolinelli – Competencia Argentina
El desencanto en el amor y la falta de sorpresa en una pareja de 23 años contra la novedad, la juventud y lo desconocido, pueden ser explosivas. Esto es lo que ocurre en la vida de Iris, una cincuentona un tanto frustrada en su vida matrimonial, que encuentra sus estructuras tambaleando luego de tener contacto con Maia, de 18 años, hija de una amiga que llega desde Tucumán a estudiar en la gran ciudad. La comedia de la cordobesa Liliana Paolinelli es una aire fresco dentro de BAFICI. Lejos de caer en los clichés que solemos ver en el festival, Margen de Error trae una historia simple pero que cierra por todos lados. No se sirve de los elementos obvios del cine independiente argentino que acaban por agotarse o no aportar al sentido de la historia, sino que solo se quedan en mera estética. Paolinelli no los necesita porque tiene una buena historia para contar, con buenos personajes y logra un film nada pretencioso. Mientras retrata el mundo lésbico de mujeres de + 50, la directora nos muestra la transformación de Iris, que parece convertirse en una adolescente al caer en un amor imposible. Los personajes de esta película se mueven como peces en el agua en esta historia de enredos y transformaciones: mientras Maia vive el paso a la vida adulta y a la decisiones sobre sus proyectos, Iris toma el lugar de la adolescente que Maia está dejando atrás. Definitivamente, uno de los títulos más singulares dentro del festival. – Julieta Aiello
Vigilia en agosto
Luis María Mercado – Competencia Derechos Humanos
El largometraje ópera prima del egresado en la UNC Luis María Mercado es un relato de pueblo – y no de las Sierras como erróneamente figura en la sinopsis oficial de BAFICI. Situada en Oncativo -de donde es oriundo el director- Vigilia en agosto cuenta con un elenco más porteño que cordobés y narra la historia de Magda, una joven maestra de primaria, a punto de casarse con un patrón de campo al que apodan “El Gringo”. Detenida un poco de más en planos típicos de la actividad folclórica propia del pueblo, la película muestra una serie de situaciones que hacen que Magda comience a dudar de su prometido, pero sin nunca llegar a un estallido en la trama ni tampoco a un esclarecimiento del estado final del personaje. Se siembran algunas situaciones tensas que parece que prosperarán con el correr de los minutos pero que no encuentran un clímax contundente. Algo que destaca es la presencia de Eva Bianco que, a pesar de tener un papel secundario de tía, logra robar momentos de empatía y hasta de gracia en la sala a oscuras. Una demostración de que no le es necesario un rol principal para sobresalir. Rita Pauls, en la piel de la protagonista, es una de las más acertadas del elenco si de caracterización se trata, y siempre tiene una mirada por de más intrigante que hace que uno se interese por su destino a lo largo de los 76 minutos de duración. En Vigilia… se tocan temáticas de género sutiles (como el papel de las mujeres en la familia), el rol de la Iglesia en el matrimonio y la creencia popular, por ejemplo, de la “ojeada”. Sin embargo no deja de ser eso; un acercamiento algo distante, una mirada superficial apenas, a detalles que podrían ser más enriquecedores. – Melina Storani