Seguí nuestra cobertura del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata 2019 en este enlace.
Zombies en el cañaveral. El documental
2019 – Dir: Pablo Schembri. Argentina. Sección: Las Venas Abiertas
Este es, posiblemente, uno de los títulos más singulares del festival. El film se presenta como un documental sobre una película de zombies perdida. Desde el crítico Roger Koza hasta Isabel Sarli participan de los testimonios que rodean el mito de una película pionera del cine clase B y creada en Argentina, en los 60, en Tucumán por un equipo de inexpertos. Luego de obsesionar al público exponiendo una investigación exhaustiva sobre este film maldito y enigmático, nos enteramos que estamos frente a un falso documental. Para aquellos más dudosos y atentos, el film tira pistas para avisarnos que esto es todo un delirio, pero para quienes estamos completamente metidos en la extravagante historia, el descubrimiento de la falsedad es un baldazo de agua fría. El director, oriundo de Tucumán, se anima a jugar en el extremo de la realidad y la ficción y a divertirse creando la historia de una historia que no existe. Con maestría esgrime fuentes autorizadas, cita lugares y fechas concretas, y hasta nos hace creer que los paisajes de Tucumán pertenecen a Estados Unidos y que George Romero copió su obra maestra de este inhallable film. Zombies en el cañaveral. El documental es una perfecta conjunción de elementos. Es cine de género, que cada vez se hace notar más en nuestro país, al tiempo que es documental. Termina siendo, además, un film sobre dictadura, porque la inexistente Zombies en el Cañaveral representa una más de todas las películas censuradas y desaparecidas durante las dictaduras de nuestro país. Pero sobre todo, Schembri se vuelve un real ilusionista. Nos vende humo, que es una de las grandes funciones del cine, nos hace emocionar hasta las lágrimas para luego decirnos que solo era un cuento y él mismo expresa: ¿Qué importa si es verdad o no, al fin y al cabo? – Julieta Aiello
Motherless Brooklyn
2019 – Dir: Edward Norton. Estados Unidos. Sección: Autores – Autoras.
Esta era una de las películas más esperadas del festival. Luego de años sin dirigir, Edward Norton vuelve con su segundo film al mejor estilo del Nuevo Hollywood. Situada en la Nueva York de los 50, y con el racismo y el ideal capitalista del progreso como telones de fondo, Norton sitúa una historia de mafia política, asesinatos y dinero, creando un policial negro exquisito. Con dos horas y media de duración, el film recoge todos los clichés del cine de los 70 y 80 en Hollywood, conocido como el Nuevo Hollywood, del cual podemos ver como influencia ponderante a Martin Scorsese y películas como Taxi Driver o Serpico.Norton asume también el papel protagónico y crea un investigador amateur, movido por la muerte de su mejor amigo/padre adoptivo, en la piel de un detective clásico: con una condición psiquiátrica que se asemeja al síndrome de Tourette, con debilidades emocionales y una adicción al chicle y a la marihuana. Los fantasmas, los miedos y un espíritu idealista y moral caracterizan a este investigador que recorre las calles de Brooklyn y Harlem mientras suena el característico jazz frenético, perfumado de whisky y cigarrillos. Norton logra una gran película, basada en la novela homónima de Jonathan Lethem, donde hasta el elenco es un cliché/homenaje a los dramas policíacos. – Julieta Aiello
Les Enfants d’Isadora
2019 – Dir: Demien Manivel. Francia, Corea del Sur. Sección: Competencia Internacional.
Isadora Duncan, bailarina y coreógrafa californiana considerada la madrina de la danza moderna, sufre la pérdida de sus dos hijos en un trágico accidente de auto a orillas del Sena en 1913. Ese dolor indescriptible hundió a Isadora en una terrible depresión, hasta que utiliza su pasión para sanar; es así como nace la coreografía “La madre”, tan sencilla como compleja. Manivel sigue con la cámara -en un intento acertado de tener siempre el encuadre perfecto- a cuatro mujeres distintas que están profundamente relacionadas con Duncan y su agonía. Es entonces cuando descubrimos a una joven bailarina obsesionada con imitarla y resignificar su obra, a una profesora de baile y su alumna ensayando la misma coreografía una y otra vez entre juegos e inocencia y, finalmente, a una espectadora que llora en silencio tras ver “La madre” cobrar vida en un escenario. Con silencios y letargos dignos del cine francés, Manivel inmortaliza la figura del ídolx en las emociones privadas de quienes les idolatran, evidenciando cómo cada cual hace uso de la pieza artística como mejor le sienta, como mejor le permita atravesar el propio sufrimiento. Con una paleta de colores milimétricamente calculada y el espíritu de Isadora rondando en cada gesto, en cada lágrima y en cada movimiento de manos, Les enfants…. combina una trama emocional con planos lentos y con una banda sonora de extrema nostalgia. – Melina Storani
Venezia
2019 – Dir: Rodrigo Guerrero. Argentina, Francia. Sección: Panorama de cine argentino.
Con un formato 4:3 al estilo Xavier Dolan, el cordobés Rodrigo Guerrero dirige una película en el exterior y con un equipo técnico reducido para conducir al espectador por un paseo atípico por una de las ciudades más coloridas del mundo. Después de una inesperada muerte, Sofía se encuentra sola y sin entender una palabra de italiano. Lidia con papeles, con un celular que nunca atiende, con gente que intenta ayudarla y no sabe cómo. La cámara la sigue, la acompaña, le da un resguardo constante a través de planos secuencias por callejones que ni ella sabe dónde la dejan. Una paleta de colores suave y de contrastes delicados muestra una luna de miel que está lejos de ser lo que se suponía. Un dato no menor es la decisión del director de no subtitular ninguna palabra fuera del español, razón por la cual el público empatiza con la soledad y la pérdida de la protagonista, que casi sin comunicarse transita un duelo complejo como puede. Un ejemplo de que el cine, si lo desea, puede transformar escenarios de acuerdo a la historia que los atraviesa. Un recorrido por Venecia que está muy lejos de las postales y los souvenires, sumido en una profunda tristeza y con encuadres lo suficientemente cerrados como para nunca dejar de caminar junto a Sofía. De duración exacta, la nueva entrega de Guerrero supone una visión intimista del dolor, la inacción y el sentimiento de pertenencia. – Melina Storani