La historia del final de The Beatles está repleta de mitos, malos entendidos y habladurías. Fue al comienzo de la década del 70 que los Fab Four decidieron tomar caminos separados y cerraron una etapa clave para la música popular. El film Let It Be fue testigo de aquel final, un documento amargo del declive de la banda que se metía en la intimidad de los cuatro de Liverpool y mostraba sus facetas más humanas.
Aquella película pareció quedar maldita. Filmada en 1969 mientras The Beatles trabajaba en su álbum Let It Be, muestra cómo se cocinaron clásicos como “Two of Us”, “The Long and Winding Road”, “I’ve Got a Feeling”, “I Me Mine”, entre otros. Bajo la dirección de Michael Lindsay-Hogg, asistimos a los momentos finales de la banda: las disputas compositivas, las luchas de egos, la presencia de Yoko Ono, la soberbia de Paul McCartney y el hartazgo de George Harrison.
El film se estrenó en 1970 y la banda no lo vio con buenos ojos. Por eso, se constituyó en un documental algo tabú dentro del imaginario beatle, a pesar de ser el registro del último concierto en vivo que dieron. Ahora, Disney+ estrena una versión remasterizada por Peter Jackson con el aval de Lindsay-Hogg que completa el sentido de estos registros luego de lo que fue el lanzamiento de la serie Get Back -hecha con material filmado en ese momento-.
Let It Be es una película fundamental para la historia de la música, ya que se trata de un registro directo de cómo componía la banda que transformó el rock y la música en general. Pocas veces tenemos la posibilidad de ingresar en la cocina de las ideas, de ver las pérdidas de tiempo, los desacuerdos y las imposiciones, e incluso las versiones previas de las canciones que finalmente quedaron inmortalizadas en el álbum Let It Be.
Este film quita la fantasía de una banda armoniosa y muestra relaciones humanas algo quebrantadas, al borde de explotar. Los intensos primeros planos dicen todo sobre cada uno de los Beatles: se ve la tirantez, así como también la alegría y la camaradería que, cada vez que aparece, produce un alivio emocional. Lo cierto es que Let It Be es una película incómoda, tensa, es como ver pelearse a los propios padres y descubrir el lado humano de los ídolos.
Sin embargo, detrás de esos aspectos yacen los más importantes: el acceso a la creación de las canciones que serían el comienzo de su despedida, algunas incluidas en Let it Be y otras en Abbey Road. Finalmente, es una película que otorga la posibilidad de pasar poco más de una hora en la más sincera intimidad de la banda para luego coronarlo con la salida al afuera, el cambio total de registro: el concierto en la terraza, el impacto sociocultural de The Beatles.
Let It Be estará disponible en Disney+ desde el 8 de mayo.