Poco tiempo después del lanzamiento de Elvis, la biopic musical de Baz Luhrmann, Sofia Coppola anunció que estaba trabajando en Priscilla, una película biográfica centrada en el punto de vista de la esposa del Rey del Rock and Roll. Luego de On the Rocks (2020), la famosa directora estadounidense apostó por volver a las historias reales, como hizo en María Antonieta. Ciertamente, este nuevo trabajo bebe mucho del film de 2006.
El nuevo metraje de Coppola pone en primer plano a Priscilla Presley y cuenta su historia a partir del momento en que se conocen en Europa y su vida cambia para siempre. Estamos frente a una biopic poco tradicional que prioriza la narrativa del coming of age y la idea de contar “el otro lado de la historia”. Así, el film plantea que la joven menor de edad comienza a constituirse como persona a partir del hombre que es el amor de su vida. Por eso, el enamoramiento está retratado con la intensidad con la que lo vive una adolescente, algo que Coppola aprendió a hacer muy bien desde su ópera prima, Las vírgenes suicidas.
El film narra cómo la protagonista toma decisiones desde ese impulso de la juventud y, más tarde, desde las reglas que impone el sometimiento. La carrera de su pareja condicionará su vida, sus silencios, su sexualidad, su look, sus actividades diarias, su vida entera. Priscilla tiene un enfoque feminista, lo que implica que la figura de Elvis no solo quede en segundo plano sino que sea representada desde sus oscuridades.
Ya son muchos los films, videos y documentales que han mostrado al astro del rock sobre el escenario, que se dedican a valorizar su talento y su fama. Coppola prescinde de aquello para ofrecer un Elvis contrariado, violento, adicto, posesivo y asexuado, aunque logra el contrapunto de humanizarlo y no demonizarlo. Esta decisión narrativa hace que Presley se convierta en un antihéroe -y por momentos en un villano- y deriva en una representación victimizada de Priscilla. De esta manera, nos encontramos con la figura de una mujer que intenta sin éxito imponer su deseo para rápidamente sucumbir al sometimiento de su marido.
Si bien esto se explica por la época, el contexto y el machismo rabioso de Presley, la figura de Priscilla no logra volverse inspiradora ni convertirse en heroína. Mientras el cine occidental busca mostrar mujeres fuertes y empoderadas, Coppola apela a una victimización constante, lo que dota de pocos matices a su personaje y vuelve la narración algo repetitiva. Sin embargo, sí logra construir con éxito el ambiente de sopor en el que se ha convertido la vida de la joven Priscilla. Igualmente, el film está basado en las memorias de la propia Priscilla, Elvis and Me, y ella participó como productora del film, por lo que su mirada parece haber sido decisiva.
Cailee Spaeny encarna a la joven esposa del rockero y triunfa con su interpretación sensual, temerosa y contrariada, mientras que Jacob Elordi ofrece una débil performance como Elvis. En cuanto a la banda sonora, es un campo en el que Coppola nunca falla y siempre logra deslumbrar. Para este film se inclinó por música de la época como The Ronettes, pero también incluyó a los Ramones -fiel a su estilo disruptivo-, prescindiendo de las canciones de Elvis. En la misma línea, el arte y la estética del film son simplemente exquisitos.
Los films de Coppola muestran a mujeres batallando en un mundo liderado por hombres: el libertinaje castigado de María Antonieta en el Siglo XVII o la historia de una mujer de mediana edad que lucha con deseos profesionales, la maternidad y las contradicciones de su padre machista en On the Rocks. Pero claro, también está la soledad del personaje de Scarlett Johansson en Perdidos en Tokio y el cercenamiento de la libertad de las niñas en Las vírgenes suicidas. Todas estas mujeres logran la liberación y un camino propio, pero no necesariamente superlativo, porque el pesimismo de un mundo patriarcal siempre está subyacente.
Priscilla propone una revisión feminista de la historia y una denuncia del patriarcado, pero no muestra a una mujer inspiradora. Esto hace que su liberación sea, en cierto modo, moderada. La narración no tiene la fuerza de otros films de la directora, pues gran parte consiste en construir a una mujer sometida, víctima y formada a la sombra de su marido. De todos modos, cumple en proponer una nueva mirada de la mujer que fue mundialmente conocida como “la esposa de”. Ahora podemos conocer a Priscilla Presley y preguntarnos por qué le exigimos a una película feminista que entregue mujeres inspiradoras.