Quentin Tarantino es un auténtico fanático del cine de artes marciales. Así como homenajeó el spaghetti western en Django desencadenado o el cine de explotación en Jackie Brown y Death Proof, en Kill Bill se dedicó a plasmar la influencia del cine oriental de artes marciales y crear la historia de una auténtica guerrera moderna.
Años antes del estreno del film protagonizado por Uma Thurman, se estrenó la película de Ang Lee titulada El tigre y el dragón (2000). Este film tuvo un gran recibimiento de parte de la crítica y el público y volvió a poner las artes marciales en foco, en especial el cine Wuxia.
De todos modos, hubo algunos críticos que compararon la cinta con el hit Matrix -ignorando la tradición cinematográfica que configura este género-, lo que enfureció a Tarantino, quien conoce a la perfección la génesis histórica de la película de Lee.
Una comparación que delata falta de conocimiento
En diálogo con UPI, el director de Pulp Fiction expresó: “La vez que más me deprimí, enojé o me decepcioné, como quieras decirle, con los críticos de cine fue cuando salió El tigre y el dragón“, expresó, haciendo énfasis en las comparaciones que obtuvo con Matrix.
El film protagonizado por Keanu Reeves bebió de la tradición del cine de artes marciales y no al revés como plantearon algunos. “Estamos hablando de uno de los géneros cinematográficos más populares en lo que respecta al Planeta Tierra y tienen tan poco conocimiento sobre este que tienen que traer a Matrix como el único ejemplo que se les puede ocurrir“, disparó Tarantino.
Acto seguido, agregó: “Los críticos deberían ser historiadores de cine. Se supone que sean profesores de cine para el ciudadano promedio. Simplemente demuestra lo ignorantes que son. Yo amo este género. Creo que es como el cine de terror o los musicales, donde la cámara parece haber sido inventada para filmar esto”, cerró.