El de las biopics parece un mundo inagotable. Cada año vemos en carteleras la llegada de al menos cinco películas biográficas sobre músicos y músicas, de las cuales una de ellas suele atrapar la curiosidad del gran público. El título inevitable de este año es Un completo desconocido, la biopic sobre los inicios de la carrera de Bob Dylan.
La película está dirigida por James Mangold, un director que no solo tiene experiencia en biopics musicales -dirigió Johnny and June: pasión y locura en 2005-, sino también en trabajar con grandes tanques de Hollywood: la más reciente entrega de la saga Indiana Jones, dos entregas de Logan e Inocencia interrumpida, el clásico de 1999. Así, Mangold no puede llamarse un autor pero sí un conocedor a fondo de la industria estadounidense y de las fórmulas necesarias para que una película sea un éxito, al menos a nivel comercial. Y por eso lo llamaron.
El antecedente de I’m Not There
Para retratar el comienzo de Dylan en la música, su irrupción en la escena folk neoyorquina y su posterior transformación hacia el rock, Mangold eligió a Timothée Chalamet, uno de los actores más cotizados del momento, quien ensaya una imitación del músico y consigue retratarlo casi a la perfección. Esta es una dirección completamente diferente a la que tomó Todd Haynes en 2007 con su película I’m Not There, en la que se sirve de simbolismo y de diferentes actores -incluida Cate Blachett-, para dar vida cinematográfica a Dylan.
Al enfrentarnos a Un completo desconocido, debemos saber que estamos frente a una película de entretenimiento pura y dura, aunque no por ello deja de resaltarse el rigor histórico del film, la recreación del pionero festival de Newport, la pintura de una época y la fascinante técnica con la que está filmada la ciudad de Nueva York. En este sentido, la trama principal que narra la transformación musical de Dylan tiene como contexto la ruptura de los estándares de un mundo occidental que no volvería a ser el mismo a nivel social, político y cultural.
El rol de sus vínculos amorosos
Un aspecto que Mangold repite tanto en la biopic de Johnny Cash como en la Dylan es el de darle un rol fundamental en la narración a los vínculos amorosos de los músicos. Si bien en Un completo desconocido no es el tema central, sí es la subtrama principal que articula muchos de los episodios del film que nos muestra al cantautor como un hombre misterioso, distinto, un creador voraz y también un rebelde. En este sentido, opta por dejar afuera escenas explícitas relativas al sexo y el consumo de drogas, aunque están sugeridas.
Entre los grandes aciertos de la película se cuenta la actuación de Edward Norton en el papel de Pete Seeger, y la inclusión de referencias y elementos que serán un deleite para los amantes de la música. Un completo desconocido se presenta como una película correcta, sumamente entretenida y límpida, aunque, contando con la existencia de la alternativa I’m Not There, se presenta como una elección sin riesgo que tiene todos los condimentos necesarios para que todo salga bien: historias de amor, la figura clásica del rockero, el sufrimiento con la llegada de la fama y un mundo en plena transformación.
Un completo desconocido está disponible en cines.
