Uno de los aspectos más sorprendentes y característicos del cine de David Lynch es el mundo que logra crear para cada una de sus películas. En ellas, el estadounidense apela a una atmósfera onírica y a desafiar los límites entre lo real y lo surreal.
Con excéntricos personajes como los que aparecen en Terciopelo azul o Twin Peaks, imponentes decorados y una iluminación entre dramática y terrorífica, el director ha abordado historias desde lo siniestro, el policial y la fantasía. Siendo un gran creador de mundos, el director y también músico se animó a responder en cuál de todas sus películas querría vivir.
En una entrevista con Vulture reveló: “Amo el mundo de Eraserhead. Me encantaría vivir en ese mundo“. Su respuesta resulta curiosa ya que este film de 1977 en blanco y negro es uno de los más perturbadores y lacónicos del director. La historia se centra en un obrero que intenta sobrevivir a su trabajo y al entorno asfixiante de su hogar.
Al comienzo de su carrera Lynch apostó por un cine puramente artesanal ya que no contaba con grandes presupuestos, por lo que es entendible que haya tomado un gran cariño por el universo creado para Eraserhead: “Yo lo diseñé y construí muchas cosas. Hay que trabajar hasta que salga bien. Fue una película que estuvo inspirada en la ciudad de Filadelfia”.
Lo cierto es que la atmósfera opresiva y los mundos excéntricos son parte de casi todos los films de Lynch, pero posiblemente sea su ópera prima la que lo contenga de la manera más auténtica.
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