El desarrollo de David Lynch en el arte fue tan amplio y diverso como su sello autoral. Si bien su carrera estuvo dedicada fundamentalmente al cine y es la disciplina por la que se volvió una figura reconocida mundialmente, también trabajó desde otros lenguajes audiovisuales, se animó a la actuación, a la escritura y también incursionó en la música.
Bandas sonoras y un proyecto con Angelo Badalamenti
El artista estadounidense fue partícipe de la banda sonora de varias de sus películas y, en el caso de Eraserhead (1978), compuso gran parte del soundtrack. De todos modos, su eterno colaborador en cine fue el fallecido compositor Angelo Badalamenti, quien fue el responsable de la música de casi toda su filmografía y también de Twin Peaks. En 2018, se unieron bajo el nombre Thought Gang y lanzaron un disco homónimo.
BlueBob, su primer disco
En materia de música, Lynch siguió la línea de su cine: extraño, apostando por la fusión de géneros musicales, apelando al instrumental con toques de música incidental y experimentando con sonidos pertenecientes al goth, al techno, rock y más.
Fue un experto en la creación de atmósferas oníricas, tanto desde las imágenes como desde la música. Así lo plasmó en su primer disco estrenado en 2001, BlueBob, de fuerte impronta rockera, industrial y gótica.
En 2010 colaboró en el álbum Dark Night of the Soul de Danger Mouse y Sparklehorse y en 2011 lanzó su segundo disco, Crazy Clown Time, que cuenta con una colaboración junto a Karen O de Yeah Yeah Yeahs. En su siguiente disco, The Big Dream (2013), también tuvo como invitada a Lykke Li.
El material más reciente de Lynch en materia musical data de 2024, cuando lanzó el álbum Cellophane Memories junto Chrystabell y se encargó de la dirección de sus videoclips. Esta fue su segunda composición en conjunto con la artista luego de haber lanzado el disco This Train.