El pasado 24 de noviembre Netflix estrenó El cuaderno de Tomy, film argentino protagonizado por Valeria Bertuccelli y Esteban Lamothe basado en la historia real de María “Marie” Vázquez.
Vázquez, nacida el 8 de abril de 1972 en Buenos Aires, fue una arquitecta, dibujante y bloguera argentina que tras ser diagnosticada con un cáncer de ovarios terminal, decidió escribir un libro para que su pequeño hijo la recuerde por siempre. Titulado originalmente El cuaderno de Nippur, se publicó seis meses después de su muerte y se convirtió en tal éxito de ventas que forzó una segunda y tercera edición a pocos días de su lanzamiento.
Todo comenzó el 19 de septiembre de 2014, cuando Marie fue operada de un cáncer de ovario en estado avanzado. Al volver del hospital, decidió utilizar su cuenta de Twitter para contar con humor e ironía cómo atravesaba su dura realidad.
La repercusión que generaron sus tweets fue tal que Marie fue convocada por el sitio La Agenda -del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires- para que escriba sobre su enfermedad. La nota, titulada El show de Kimmy Oh, fue la más leída de todas las publicadas por la revista en ese año.
A fines de marzo de 2015, Marie fue internada y recibió la noticia de que su estado era terminal. Allí volvió a tomar Twitter para narrar sus últimos días: “Acá estoy, internada hace dos días. Las cosas tomaron un rumbo hacia lo peor y no hay mucho más qué hacer salvo esperar. Cuestión de días”.
Su tragicómica crónica atrajo la atención de los medios y las entrevistas no tardaron en llegar. “El humor no es mi escudo. Es la aceptación: la muerte es parte de la vida”, le dijo en una entrevista a Leo Montero, dos días antes de cumplir 43 años. Como bien rememora Infobae, fue una entrevista telefónica desde el sanatorio, cuando ella ya estaba en cuidados paliativos. Cuando al fin se produjo su muerte, el 21 de abril de 2015, la noticia tuvo gran repercusión en todos los medios del país.
A continuación, un extracto de la nota escrita por Marie que da cuenta de su fortaleza y su sentido del humor para hablar sin tabúes de la muerte:
“Te vas a morir. La frase ‘tenemos que hablar’ siempre viene seguida de algo terrible, pero nunca como esa vez. Yo ya sabía, dos días después de la operación que se llevó mi útero, ovarios y varias masas a analizar (“ahora sí soy realmente hueca”) que algo estaba muy muy mal pero ni el cirujano se atrevía claramente a decírmelo. Le dejó la misión a mi marido, total, ya tuvimos que hablar tantas veces, ¿qué te hace una más?”
“De acá a la quimio tenemos que vivir pensando que te vas a morir y preparar todo lo que haga falta. Después, todo lo contrario, con la convicción ciega de que vas a vivir, de que va a funcionar. Así que me puse, nos pusimos, a prepararnos para lo peor: poderes ante escribano, trámites de todos los colores, un libro que escribí (y sigo escribiendo) para que mi hijo me pueda conocer si las cosas salen mal”.
“Leí en una entrevista a -no se rían- Facundo Arana que cuando le dieron el diagnóstico (tuvo enfermedad de Hodgkin) salió a la calle y el mundo le pareció technicolor. Le tengo que dar la razón. Todo se siente más potente y vívido cuando te vas a morir. Querés sentir y degustar y amar”.
“Tener cáncer es como tener gripe: nada vergonzoso, solo mil veces peor. No contar es ponerse del lado de los que titulan ‘una larga y penosa enfermedad’. Sentir vergüenza, ¿de qué? Salvo que creas en ‘las piruetas culpabilizadoras que achacan a los enfermos responsabilidad por su enfermedad’ (eso dijo Susan Sontag, ojalá fuera mía la frase)”.
Lee la nota completa en este enlace.
Pasá a leer la entrevista de Indie Hoy con Malena Pichot, quien también actúa en El cuaderno de Tomy: “Poder reírte de tus tragedias te da fortaleza“.