Para cuando se estrenó Forrest Gump en el cine, allá por mediados de 1994, Tom Hanks ya era una estrella de Hollywood. De hecho, ya había ganado su primer Oscar a Mejor actor por su papel de Andrew (“Andy”) Beckett en Philadelphia. Aún así, es innegable que su participación en el film de Robert Zemeckis lo convirtió en una estrella a nivel mundial incluso más grande.
La aclamada producción de Paramount Pictures no hizo más que cosechar nominaciones y premios tras su estreno en las salas, pero lo cierto es que el legendario intérprete no fue la única opción a la hora de pensar quién sería el encargado de llevar a Forrest Gump de las páginas de la novela homónima de 1986 escrita por Winston Groom a la gran pantalla.
Según recuerda Far Out Magazine, los nombres de otras celebridades de la talla de Chevy Chase, Bill Murray y Sean Penn fueron puestos sobre la mesa, aunque la primera opción siempre fue John Travolta, quien venía de protagonizar éxitos de taquilla como Grease y Saturday Night Fever durante la década de los 70.
Como es sabido, Travolta rechazó el papel, pero aunque posteriormente se lamentó de ello, lo cierto es que no tomó una mala decisión, ya que declinó la oportunidad para enfocarse en la que sería una de las performances más importantes de su carrera: la de Vincent Vega en Pulp Fiction, el blockbuster de Quentin Tarantino.
Lo curioso es que, en la entrega de los Oscar de 1995, tanto Hanks como Travolta estuvieron nominados para hacerse con la estatuilla a Mejor actor, la cual terminó en manos del primero. “Si no hice algo que hizo Tom Hanks, entonces hice otra cosa que era igualmente interesante o divertida. […] Pero me siento bien con algunas que dejé porque se crearon otras carreras”, aseguró el de Englewood, New Jersey, según Far Out Magazine.