La utilería, los vestuarios y los elementos que se utilizan en una película pueden volverse verdaderas piezas de culto para coleccionistas y fanáticos. Así, permanentemente se conocen subastas de vestuarios que grandes estrellas utilizaron en famosos films o elementos icónicos de algún personaje. Obviamente, los números que suelen alcanzar son realmente estratosféricos.
Si hablamos de vestuarios, Marilyn Monroe lleva la delantera en lo que respecta a valores. El vestido que la actriz utilizó en la icónica escena de Los caballeros las prefieren rubias cuando canta la canción “Diamonds Are a Girl’s Best Friend” fue vendido en una subasta de 2010 a un valor de 370.000 dólares.
Además, el vestido blanco de La comezón del séptimo año, aquel que aparece en una de las escenas más famosas de la historia de Hollywood, se ha convertido en el vestuario de cine más caro que se haya vendido. El valor que logró en una subasta de 2011 fue de 4.6 millones de dólares.
Sin embargo, estos vestidos no son las piezas más caras que se hayan vendido de una película, pues en el ámbito de la ciencia ficción se ha roto el récord en lo que refiere al elemento -o, en este caso, un personaje- más caro de una subasta. Hablamos de Robby el robot, que apareció en múltiples películas como El planeta desconocido (1956) y El chico invisible (1957).
Este fue diseñado por Robert Kinoshita y construido por MGM en 1955 y costó 125.000 dólares. Sin embargo, fue vendido en 2017 a un valor de 5.3 millones de dólares en una subasta a cargo de Bonhams.