FIRST International Film Festival llegó a su final: una impecable organización en una muy interesante ciudad con importantes productores asistiendo a una diversa programación con lógicos altibajos en un festival de operas primas. Ilusiona la calidad de cierto talento emergente de Suecia y Europa del Este, se valora muchísimo las coproducciones alemanas trabajando en distintos países, se confirma el hecho de que el cine chino está poniendo toda su fuerza en producciones más comerciales, consecuencia de haberse convertido en el mercado más grande de la industria.
Justamente por esta razón es que el jurado estuvo presidido por el productor/director Chen kou-fu, una de las figuras más influyentes en el mercado chino de las últimas décadas. Jurado que también integró Philippe Bober (productor de varías películas de Lars Von Trier, Roy Anderson y Ruben Östlund, con quién ganó el Palme d’Or en Cannes 2016 por The Square), Liao Pen-jung (director de fotografía de películas como Los rebeldes del Dios Neón, Goodbye Dragon Inn y El Sabor de la Sandía), el compositor iraní Peyman Yazdanian (Summer Palace, No Date No Sign, Budha Mountain), el fotógrafo Yang Fudong, el documentarísta Zhou Hao y el guionista Su Chao-bin.
Los ganadores fueron:
Gran Premio del Jurado: I Am Truly a Drop of Sun on Earth (Elena Naveriani, Georgia)
Gran Premio del Jurado (corto): Fauve (Jérémy Comte, Estados Unidos)
Mejor Director: Lhapal Gyal (Wangdrak’s Rain boots, China)
Mejor Documental: Four Springs (Lu Qingyi, China)
Mejor Actor/Actriz: Chi Yun (Ms Meili, China)
Special Mention: The Burden (Niki Lindroth von Bahr, Suecia)
Mejor Película (China): Suburban Birds (Qiu Sheng)
Mejor Corto (China): A Monk and His Mother (Tsai Chun-Pin)
Mejor Originalidad Artística (China): Taming the Horse (Gu Tao)
Espíritu de Libertad (China): A True Believer (Lu Xiaolei)
Podés encontrar nuestras reviews acerca de algunas pelis en este artículo que publicamos recientemente, o sobre cortos en este otro.
De estos ganadores, Luo Xiaoyi de Indie Hoy entrevistó al “Mejor Director”, Lhapal Gyal.
Las botas de lluvia de Wangdrak (Wangdrak’s Rain boots) es la adaptación de un cuento. ¿Por qué elegiste esta historia para hacer una película?
Creo que es porque la historia del niño me conmovió, y la historia resuena con los recuerdos de mi infancia. Y el mundo interior puro y la inocencia de los niños es algo hermoso que comparten todos los humanos.
Durante la adaptación, ¿qué le cambiaste o agregaste a la película?
Mucho, es diferente un cuento y un guion de película. Por ejemplo, en el cuento corto se describen las actividades mentales de los personajes, mientras que en el guion necesitamos usar imágenes y sonidos para expresar los pensamientos de las personas. La historia tiene 4000-5000 caracteres, así que cuando visualizamos la escena, agregamos muchos detalles y contenidos.
¿Detalles y contenidos como cuáles?
Por ejemplo, todo el contenido del televisor: los dibujos animados e informes meteorológicos; casi que la primera parte de la película no viene del cuento. El hombre que pelea con el padre de Wangdrak, el jefe de la aldea, el juguete de la rana de hierro… muchos detalles que conducen a la historia se agregaron durante la escritura del guion.
Se ve un gran trabajo de los pequeños actores en la película. ¿Cómo los encontraron?
Fuimos a todos los pueblos, a las escuelas, casteamos muchos chicos; muchos niños ahora saben que las películas son historias en las que las personas actúan y filman, por lo que tienden a ser muy “actuantes”, de esa forma muchos de los niños que casteamos perdían lo natural. Pero este chico (que hace de Wangdrak) no solo es muy inocente, sino que también creció en el área rural, se adapta perfectamente a la película. Para el papel de la amiga de Wangdrak considerábamos a una actriz profesional, pero una vez más, para hacerlo más local y simple posible, elegimos a esta chica del área rural con acento local. Antes de filmar, contratamos a un estudiante universitario de la aldea para explicarles la historia y la escena a los niños, y durante la filmación intentaba explicar qué íbamos a hacer una vez y después dejar que actúen de la manera en que lo entendieron, luego realizaba algunos ajustes simples, de esta forma su naturaleza se mantuvo bien.
¿Con qué dificultades te encontraste durante el rodaje?
El director de fotografía (cinematographer) y yo fuimos a muchos lugares en la provincia de Qinghai cuando buscábamos la locación, pero fue realmente difícil porque muchos pueblos hoy están muy modernizados, así que encontramos esta aldea en el condado de Hualong sin hoteles ni restaurantes, dormíamos en las aulas. Cuando llegamos para filmar, los camiones no tenían forma de llegar hasta el lugar, así que tuvimos que mover todo en pequeños carros y carretas durante varias rondas. Por suerte no tuvimos problema con la electricidad, el gobierno local se ocupó de eso.
¿Afectó el impredecible clima de Qinghai al rodaje?
Sí, mucho, porque el informe del clima acá no es muy preciso. Todos los días nos preparábamos para filmar algo en situación soleada o una cosa distinta en caso de lluvia.
¿En el futuro, vas a seguir trabajando en películas tibetanas? ¿Cuál es tu próximo plan?
Sí. Es muy interesante porque la religión, el vestuario y el idioma tibetanos son realmente diferentes de una zona a otra. Me gustaría trabajar en los temas que crecí y más familiarizados, porque una película es algo muy sutil, y a mí realmente me interesan los detalles. Mi próxima película comenzará a rodarse a final del año, es sobre el amor maternal.