En 2021 Gaspar Noé entregó su séptima película. Hablamos de Vortex, el film que tuvo su estreno en Cannes y luego se paseó por diversos festivales de cine, entre ellos el de Mar del Plata, consiguiendo un interesante recibimiento de parte de la crítica y el público. La cinta tiene como protagonistas al gran emblema del giallo Dario Argento y la actriz Françoise Lebrun, y versa sobre el cine, la vejez y el deterioro de la muerte.
El director argentino radicado en Francia pone en escena a dos personas de la tercera edad -algo que en el séptimo arte no vemos con frecuencia-, para relatar cómo un hombre mayor, concentrado en la escritura de un libro sobre el cine y los sueños, cuida de su esposa, quien está sufriendo una intensa demencia senil. Así, la película es un contundente drama en el que también Noé se permite filosofar sobre el cine, sus sentidos y sus funciones.
Sobre el estreno, el director de Irreversible habló con Variety y repasó los diversos aspectos que fueron formando su nuevo film. Por un lado, Vortex tiene como germen las experiencias personales de Noé con respecto a la demencia, ya que su madre y su abuela la sufrieron, así como la muerte de familiares y amigos, y finalmente su propia experiencia límite al haber tenido hemorragia cerebral.
Por otro lado, Noé habló de las influencias cinematográficas que están dando vueltas en la película y sobre la demencia citó la película de 2006 Away From Her, protagonizada por Julie Christie y dirigida por Sarah Polley. Desde el neorrealismo italiano, el director también nombró el film Umberto D (1952) de Vittorio de Sica, sobre el cual tiene una mirada muy diferente en la actualidad que cuando lo vio en un primer momento, y lo caracterizó como “muy artificial”.
Además, el guionista también hizo referencia a que está interesándose más que nunca en el cine japonés y así la película The Ballad of Narayama (1958) de Keisuke Kinoshita causó en él un fuerte impacto que formó parte del universo de influencias de Vortex.
Uno de los puntos clave de esta película es que fue filmada en 2020 durante la pandemia y se puede decir que presenta un verdadero cambio en la estética y el estilo narrativo del director, quien nos tiene acostumbrados a un cine más que transgresor, repleto de estimulaciones y rupturas formales.
Pasá a leer nuestro especial sobre su obra: “Las películas de Gaspar Noé ordenadas de peor a mejor“.