Hace algunos días, Salma Hayek compartió con The New York Times detalles sobre su turbulenta relación con el productor Harvey Weinstein. En el artículo titulado “Mi monstruo, Harvey Weinstein”, la actriz mexicana contó: “No me importaba el dinero; estaba extremadamente emocionada por trabajar con él y con la empresa. En mi ingenuidad pensé que se había cumplido mi sueño. Había validado los últimos catorce años de mi vida y había apostado por mí, la ‘nadie’. Dijo que sí. No sabía que muy pronto yo tendría que decir no. No a abrirle la puerta a cualquier hora de la noche en hotel tras hotel y locación tras locación donde se aparecía inesperadamente, incluido un sitio en el que estaba rodando una película en la que él ni siquiera estaba involucrado. No a bañarme con él. No a dejarlo que me viera bañarme. No a dejarlo que me diera un masaje. No a que un amigo suyo, desnudo, me diera un masaje. No a dejarlo que me hiciera sexo oral. No a desnudarme junto con otra mujer”.
Más adelante en el diálogo, entre otras cosas, la nacida en Veracruz contó intimidades sobre la grabación de la película Frida en la que Weinstein estuvo involucrado: “Me dijo que la única cosa que tenía a mi favor era mi atractivo sexual y que en esta película no tenía nada de eso. Entonces me dijo que la iba a clausurar porque nadie querría verme en el papel”, además de narrar:
“Me ofreció una opción si quería continuar. Me dejaría terminar el filme si acordaba tener una escena de sexo con otra mujer. Y demandó que hubiera desnudez total vista desde enfrente”.
En respuesta al fuertísimo testimonio de Hayek, el productor hollywoodense emitió un comunicado negando los hechos y afirmando que los que presenciaron lo ocurrida tienen una versión diferente de lo que pasó.
“El Sr. Weinstein considera a Salma Hayek como una actriz de primera clase y la incluyó en varias de sus películas, entre ellas Once Upon a Time in Mexico, Dogma y Studio 54. Estaba muy orgulloso de su nominación al Oscar como Mejor Actriz por Frida y continúa apoyando su trabajo.
Mientras que Jennifer López estaba interesada en interpretar a Frida y en ese momento era una estrella más grande, el Sr. Weinstein invalidó a otros inversionistas para respaldar a Salma como actriz principal. Miramax aportó la mitad del dinero y todo lo referido a las impresiones y publicidad; el presupuesto fue más de 12 millones. Como en la mayoría de los proyectos de colaboración, hubo frustración creativa en Frida, pero sirvió para llevar el proyecto a la perfección. La película se estrenó en varios cines y fue apoyada por una gran campaña publicitaria y un enorme presupuesto de los Premios de la Academia.
El Sr. Weinstein no recuerda presionar a Salma para que haga una escena sexual gratuita con una co estrella femenina y él no estuvo ahí para la filmación. Sin embargo, eso fue parte de la historia, ya que Frida Kahlo era bisexual y la escena sexual más significativa en la película fue coreografiada por la Sra. Hayek con Geoffrey Rush. El uso original de la uniceja fue un problema porque desvió la atención de las actuaciones. Todas las acusaciones sexuales narradas por Salma no son precisas y otros que fueron testigos de los eventos tienen una explicación diferente de lo que ocurrió.
Ed Norton, que era el novio de la Sra. Hayek en ese entonces (trabajó con el Sr. Weinstein en la reescritura del guión en México), hizo un brillante trabajo reescribiendo el guion y el Sr. Weinstein luchó contra WGA (Writers Guild of America West) para que obtuviera un crédito en el película. Su esfuerzo no tuvo éxito, para desilusión de todos.
Por propia confesión del Sr. Weinstein, su comportamiento grosero después de una proyección de Frida fue provocado por su decepción en el corte de la película, y una razón por la que se involucró en la edición final, junto a la muy hábil directora Julie Taymor”.