El año es 1939 y el lugar es Sutton Hoo, un pueblo en la región inglesa de Suffolk. Mientras el prospecto de la Segunda Guerra Mundial pesa taciturno, la terrateniente Edith Pretty (Carey Mulligan) sospecha que los montículos de tierra detrás de su casona alberga tesoros de antaño. Entonces contacta a Basil Brown (Ralph Fiennes), un arqueólogo y excavador autodidacta que se pondrá en campaña para confirmar sus intuiciones. Esta es la premisa, a grandes rasgos, de la que se desprende La excavación, la nueva y sólida oferta de Netflix que fue pre-seleccionada para la próxima edición de los premios BAFTA.
Es difícil no poner en diálogo a La excavación con Ammonite, el reciente drama de época de Francis Lee sobre la paleontóloga inglesa Mary Anning. La excavación funciona en frentes donde Ammonite falla. Lee opera bajo la presunción de una audiencia dispuesta a aceptar un romance que no fue previamente desarrollado; Stone se toma su tiempo para establecer la amistad entre Brown y Pretty, trazando puntos en común y también divergencias contextuales. Ammonite podría haber ido más lejos en su formalismo: empezar con planos fijos, por ejemplo, e ir abandonando el recurso a medida que la protagonista quiebra su coraza impertérrita. La excavación es un poco más osada: se introducen visualidades al mismo tiempo que personajes.
La referencia más clara, sin dudas, es el trabajo de Emmanuel Lubezki en el cine post-New World de Terrence Malick. Al igual que Chivo, el director de fotografía Mike Eley captura la grandilocuencia del mundo natural mientras sigue o circunda a sus personajes con la cámara en mano. Los tonos en sepia son elegantes, pero la sonorización de planos con teclas desplatianas terminan siendo como marcadores que redundan a la audiencia las emociones que el texto puede evocar por su cuenta.
Así y todo, si La excavación termina por elevarse de la period piece promedio es en virtud del trabajo actoral. La actuación de Carey Mulligan es fuerte, y que le siga a su papel excelente en Promising Young Woman es testamento de su rango como actriz. La salud en deterioro de su Edith Pretty es lo que le aporta corazón y pulso al filme.
La excavación es una película conforme en su clasicismo, en clara deuda con el cine de James Ivory y Anthony Minghella. Los hechos reales en los que se basa no proveen mucho margen para el desarrollo dramatúrgico de conflicto, pero el marco aportado por la excavación titular sí le permite al cineasta extraer verdad de sus personajes. Y, en el acto de hacerlo, despegar una meditación plácida y ozymándica de la finitud: de las civilizaciones, de los vínculos, de la vida humana.
La excavación está disponible en Netflix. Mirá su tráiler a continuación: