En 1989, Michael Keaton le dio vida a una de las versiones cinematográficas de Batman preferidas de los fanáticos y de la prensa, pero aquella interpretación de Bruce Wayne estuvo cerca de no ocurrir, ya que en su lugar bien pudo haber estado Bill Murray.
La historia se remonta a 1983, año en el que la película fue anunciada. En ese entonces, el proyecto pasó por un extenso proceso de preproducción en el que Ivan Reitman, el cineasta responsable de Ghostbusters, había sonado como el director del film.
Conocido por su dominio de la comedia, la visión de Reitman para el largometraje coincidía con sus propios intereses y quería que Batman adoptara un nuevo tono humorístico. Debido a esto, anhelaba contratar a Murray para ponerse en la piel del Caballero de la Noche, mientras que para el rol de Robin tenía en mente a Eddie Murphy.
Tiempo después, una vez que el guion pasó por las manos de varios escritores, se consideraron otros directores y la idea de Reitman pasó a ser historia. Al referirse al tema durante una entrevista en 2014 con David Letterman, el propio Murray comentó: “Yo también escuché esa historia”, y agregó: “De verdad, sí. Dios, hubiera sido un Batman increíble”.
Luego, el reconocido actor remarcó lo mucho que le gustó el producto final de Tim Burton, junto con la actuación de Keaton, al manifestar: “Pero en realidad me encantó… pero no creo que sea cierto… pero pensé que el Batman de Michael Keaton era genial. Pensé que era realmente genial como Batman. Era como un tipo enfurecido. Él era un buen Batman”.