Recientemente, la obra de ciencia ficción de 1965 de Frank Herbert, Dune, volvió a estar en boca de todos debido a la esperada adaptación cinematográfica de Denis Villeneuve encabezada por Timothée Chalamet en el papel de Paul Atreides. Pero lo cierto es que la novela tiene muchos años causando furor en Hollywood.
Previamente, allá por 1984, David Lynch llevó a cabo una película sobre el libro, mientras que en el 2000, John Harrison llevó la historia a un formato de serie, la cual fue emitida por la cadena Syfy. Pero el proyecto inspirado en Dune que más ha dado de qué hablar, curiosamente, es uno que nunca llegó a concretarse: una ambiciosa y totalmente incomprendida en su tiempo adaptación que planeaba Alejandro Jodorowsky en 1975.
Con algunos críticos llamándola “el mejor film nunca hecho”, la cinta del responsable de La montaña sagrada y El topo se trataba de una visión de 14 horas de lo que debería haber sido Dune que es realmente fascinante, ya que el chileno no quería simplemente adaptar el libro, sino que deseaba “cambiar las percepciones del público… cambiar las mentes jóvenes de todo el mundo”.
Para cumplir con su misión, Jodorowsky había decidido incluir en su elenco a personalidades tan variadas como Mick Jagger, Salvador Dalí, David Carradine y Orson Welles, entre otras. Además, la idea era que Pink Floyd (grupo que por aquel entonces venía de lanzar The Dark Side of the Moon, una de sus obras más destacadas) musicalizara el largometraje.
Para escribir la película, Jodorowsky alquiló un castillo y contrató a uno de los artistas de cómics más consumados de Francia, Jean “Moebius” Girauad, para que trabajara junto a él. A su vez, hizo lo propio con los especialistas del arte visual Chris Foss y H. R. Giger para ayudarlo a desarrollar los conceptos de la cinta.
Incluso a pesar de no poder conseguirse los fondos necesarios para llevarla a cabo y estancarse en la etapa de pre-producción, esta recreación de la obra maestra de ciencia ficción, pensada como una experiencia psicodélica, tuvo tanto potencial y generó tal revuelo en el mundo del séptimo arte que se hizo un documental sobre ella titulado Jodorowsky’s Dune, en el cual el director lamentó el hecho de que su visión no tuviera éxito porque no era lo “suficientemente Hollywood”.
Además, en un ensayo de 2012, Jodorowsky escribió:
“El proyecto le anunció a Estados Unidos la posibilidad de llevar a cabo películas de ciencia ficción para un gran espectáculo y fuera del rigor científico de 2001: A Space Odyssey”.
“El proyecto Dune cambió nuestra vida. Cuando terminó, [Dan O’Bannon, el seleccionado para encargarse de todo lo referido a efectos especiales] ingresó en un hospital psiquiátrico. Luego, regresó a la pelea con rabia y escribió doce guiones que fueron rechazados. El decimotercer fue Alien“.