El cine está lleno de grandes héroes anónimos. En la maquinaria del artificio son muchos los artilugios que se despliegan para que veamos alucinantes resultados en la gran pantalla. Uno de ellos son los dobles de riesgo, aquellos actores o actrices que se ocupan del “trabajo sucio” que no pueden despeñar los actores principales o que serían muy peligrosos para ellos. Son esas escenas de acción que no nos imaginamos cómo nuestros actores favoritos podrían lograr… es que no son ellos. Pero, estos dobles de riesgo son condenados a un gran anonimato dentro de la industria, a pesar del peligro al que son expuestos. Recientemente, exigieron su categoría en los Oscar.
Un actor que puede dar cuenta de esto es David Holmes, quien ofició de doble de riesgo de Daniel Radcliffe en los films de Harry Potter y no corrió la mejor de las suertes. Fue durante el rodaje de Harry Potter y las Reliquias de la Muerte que Holmes experimentó uno de los peligros más extremos. Se trataba de una escena en que Holmes debía ser lanzado contra una pared y sufrió un accidente en que se fracturó el cuello y, a pesar de ser atendido inmediatamente, quedó parapléjico.
Sus compañeros, sobre todo Radcliffe estuvieron muy presentes acompañando a Holmes en la recuperación. Y a pesar de la gran desgracia que significó esta accidente en su vida se mantuvo optimista: “Tuve esta sensación de tragedia, pero también la determinación de superarme y de ser mejor persona”, expresó Holmes a The Daily Mirror.
Hoy en día, David Holmes ha superado las dificultades y es corredor de autos modificados, habiendo obtenido premios y grandes satisfacciones. Esta historia, entre muchas otras, muestra en el enorme riesgo que implica este trabajo anónimo y al servicio de las ilusiones creadas por el cine.