Sean Penn tiene una carrera fabulosa como actor. Entre sus papeles más sorprendentes se cuentan Mi nombre es Sam, Río místico, 21 gramos y el de la reciente Una batalla tras otra. Sin embargo, en su rol de director parece no haber estado a la altura de su talento como intérprete, sobre todo en una película en particular: Diré tu nombre, film de 2016 protagonizado por Charlize Theron y Javier Bardem. La sinopsis adelanta: "El amor entre dos voluntarios se desvanece y renace de nuevo en medio del horror social africano".
La película resultó un fracaso tanto en taquilla como en las opiniones de la crítica, que en su mayoría apuntaron a la cruda exhibición de la situación de los países más azotados de África. La crítica fue especialmente dura con Penn, por haber tomado decisiones narrativas que muchos consideraron incorrectas. En una entrevista con The Hollywood Reporter, el actor se defendió: "Terminé la película, así que no es una discusión en la que pueda aportar nada. Apoyo la película tal como está, y sin duda todos tienen derecho a su opinión".

Además, añadió: "Creo que es importante entretener si el entretenimiento no es sinónimo del comportamiento de Donald Trump. El anhelo actual nos aleja de nuestra humanidad muchas veces. Pero encontrar la belleza en las cosas de hoy es la manera de solucionarlo. Pero lo que hoy llamamos belleza es, en gran medida, una perversión de ella. Y eso es lamentable". De hecho, el mismo medio que realizó la entrevista publicó una reseña describiéndola como "un cóctel de romance e —insultante— pornografía sobre los refugiados, asombrosamente pretencioso y sorprendentemente vacío".
Otras críticas negativas que se publicaron en su momento provinieron de Clarín, que aseguró: "El despropósito en The Last Face es mayúsculo". Y de The Guardian, que criticó duramente las actuaciones de los protagonistas y el desempeño del director: "No es una película sobre Penn ayudando a la gente, es una película para mostrar lo mucho que quiere ser visto ayudando a la gente". Por su parte, IndieWire sumó: "El primer trabajo de Sean Penn como director en una década es un fracaso total (...) Un arrogante intento de denunciar las adversidades de los olvidados, bajo la guisa de una estridente chorrada romántica".