Quentin Tarantino no solo es un gran director de cine sino también un cinéfilo que gusta de ver casi cualquier película. Sin embargo, hubo un largometraje que el estadounidense no disfrutó para nada, al punto de que lo llevó a abandonar la sala. Durante este año, el oriundo de Knoxville publicó su libro Cinema Speculation y en una entrevista con Los Angeles Times para promoverlo se le consultó si había alguna cinta que desearía no haber visto cuando era niño.
“Creo que Bambi es bien conocida por traumatizar a los niños. Es un cliché, pero es cierto”, respondió. Acto seguido, el también autor y escritor de 59 años continuó hablando sobre el largometraje que le generó la misma sensación pero siendo ya grande. “La única otra película que no pude manejar y tuve que irme fue en un autocine en Tennessee. Estaba ahí solo, sentado en la grava junto a un orador, viendo Last House on the Left de Wes Craven”, señaló.
Aunque es un amante de las producciones slasher de los años 70 y 80 como Halloween, My Bloody Valentine y The Texas Chainsaw Massacre, Tarantino no gustó de la obra de 1972 que “cuenta la historia de las adolescentes Mari y Phyllis, quienes van en busca de drogas después de un concierto pero terminan siendo capturadas por una pandilla de convictos fugitivos, quienes las torturan, violan y eventualmente matan en el bosque cerca de la casa de Mari”. En cuanto a los motivos por los que no disfrutó los mencionados films, declaró: “Ambos tienen lugar en el bosque y ambos me hicieron decir: ‘¡Tengo que salir de acá!’“.