Martin Scorsese es un eterno enamorado del cine. No solo como cineasta sino como cinéfilo, el director ha elaborado a lo largo de su carrera un estilo y un gusto particular que lo inclina mayoritariamente por el cine europeo. Si bien sus películas tienen un desarrollo estadounidense, en su producción y en sus historias, sus influencias emanan directamente de la nouvelle vague, el neorrealismo italiano y el cine británico clásico.
Si bien entre sus films favoritos aparecen clásicos de Jean-Luc Godard, Luchino Visconti, Michalengelo Antonioni, entre otros, el director de Taxi Driver tiene dos films que lo han marcado en su visión del cine. Estos son Peeping Tom de Michael Powell de 1960 y 8 1/2 de Federico Fellini de 1963, dos películas que se erigen como clásicos y en lo personal, para Scorsese representan una educación en lo que se refiere a hacer cine.
Sobre estos films, Scorsese ha expresado: “Siempre sentí que Peeping Tom y 8 1/2 dicen todo lo que pueda decirse acerca de hacer películas, sobre el proceso de lidiar con las películas, la objetividad y la subjetividad de ello y la confusión entre ambas”.
Además, agregó cómo estos films se complementan en su visión del cine, además de mostrar dos propuestas antagónicas: “8 1/2 captura el glamour y la alegría de hacer cine, mientras que Peeping Tom muestra la agresión de ello, cómo la cámara viola. Estudiándolas puedes descubrir todo acerca de las personas que hacen cine, o al menos de la gente que se expresa a través de él”.
8 1/2 es uno de los films más celebrados de Fellini, cuenta con las actuaciones de Marcello Mastroianni, Claudia Cardinale y Anouk Aimée y se presenta en clave de comedia dramática. Por su parte, Peeping Tom es un film británico de carácter de thriller y suspense, considerado actualmente de culto.