La bestia en la que se convierte Bruce Banner cada vez que se enoja o está sometido a algún tipo de estrés, es uno de los personajes más famosos de Marvel y fue representado en la pantalla por varios actores, desde Eric Bana hasta Mark Ruffalo (probablemente el favorito de la mayoría).
Históricamente, el Increíble Hulk ha estado vinculado con el color verde y esa es la imagen que todos tienen de él. Sin embargo, la idea original era distinta y a ese color se llegó por “error”.
Según un reciente artículo que explica en detalle los sucesos, cuando Stan Lee y Jack Kirby crearon el personaje en 1962, Hulk iba a ser gris. Lee buscaba que Bruce Banner se convirtiera en un monstruo similar a Frankenstein y Jekyll & Hyde, un personaje incomprendido al que todos quisieran o, al menos, con el que pudieran empatizar. El personaje, si bien no podía llevar traje como un superhéroe, debía ser realista y tener algo distintivo y eso fue el color de piel gris, el cual le daba un aire tenebroso y misterioso.
¿Por qué terminó siendo verde? Al parecer hubo un problema con la tinta en la impresión de los cómics. En los primeros números Hulk parecía por momentos negro, por otros gris claro y en algunas ocasiones gris oscuro. Finalmente, Lee terminó decidiendo que la bestia sea verde, ya que era un color que no habían utilizado en ningún otro personaje.
Aunque el Hulk verde es el más popular, en los cómics se revela la existencia de un Hulk gris (Joe Fixit), otra personalidad del científico. Mientras el verde se vinculaba con la ira y el desenfreno, el gris representaba otro aspecto de Banner, el más inteligente y astuto.
Con el correr de la historia, el psiquiatra Doc Samson logró que estas personalidades se unan dando lugar a un nuevo Hulk, conocido como el Profesor: inteligente como Banner, fuerte como el verde y astuto como el gris.