El pasado 25 de diciembre llegó a Netflix el film Matilda, de Roald Dahl: El musical y se convirtió en un éxito absoluto. Se trata de una nueva adaptación de la obra literaria de 1988 que no se presenta como remake del film de 1996 sino como una fresca propuesta poblada de grandes coreografías, divertidas canciones y también un relato oscuro de la vida de un grupo de alumnos en una estricta escuela.
Uno de los aspectos más celebrados es la actuación de Emma Thompson, quien interpreta a Agatha Tronchatoro, la malvada profesora que se dedica a castigar a niños y niñas sin piedad. Esta villana conocida por todos tiene también ciertos rasgos físicos que cooperan en la construcción de un personaje duro y temible, por lo cual la actriz británica tuvo que atravesar una gran transformación antes de llevarla a la pantalla grande.
Un arduo proceso de maquillaje y peinado
Desde la cuenta oficial de Netflix compartieron un impactante video del backstage que muestra cómo el departamento de maquillaje y peinado se ocupó de mostrar una faceta totalmente nueva de Thompson. La actriz de 63 años tuvo que usar una prótesis para lograr un mentón más prominente, así como pasar por un proceso de maquillaje de más de tres horas que transformó sus rasgos naturales.
Así, Thompson cobró una expresión de villana. A la actriz se le oscureció el rostro e incluso se le añadieron manchas en sus mejillas. Además, fue fundamental lograr el clásico rodete del personaje, un peinado que suma a su espíritu recto y perfeccionista.
Más allá de la transformación física que enfrentó la actriz de Realmente amor, su destacada actuación fue lo que finalmente logró que desarrollara un personaje inolvidable, tan divertido como temible y que no tiene nada que envidiarle a la interpretación de Pam Ferris en el film de 1996, que se volvió un verdadero clásico del cine infantil y familiar.