Atención: Se revelan spoilers de la película
A una semana de su estreno en Netflix, No miren arriba ya ha dado mucho que hablar. Mientras algunos defienden el sentido del humor y el guion de esta obra satírica, otros dicen que la película no estuvo a la altura de las expectativas. Quizá uno de los aspectos que más divide a la audiencia es el final de este largometraje, pues a diferencia de otros films con amenaza de fin del mundo como Armageddon, en esta obra la humanidad no se salva de la catástrofe.
Pues bien, en diferentes entrevistas, Adam McKay (director de la película) explicó que le parecía que no podía terminar la historia de una manera más optimista, pues justamente quería transmitir la idea de que el fin del mundo puede efectivamente suceder. En un diálogo con Variety, el cineasta aseguró que le interesaba “romper esa cosa tradicional de Hollywood de tres actos que conocemos tan bien”. Es decir, no quiso seguir el esquema de introducción, nudo y resolución y buscó alejarse de la tendencia a entregarle al público siempre finales felices.
En ese sentido, queda claro que McKay tiene la intención de que esta comedia de algún modo abra debates pendientes sobre la manera de afrontar los problemas que pueden definir la supervivencia de nuestra especie. Un claro ejemplo de ello podría ser la inminente amenaza del cambio climático y de pandemias como la del Covid-19. Por otro lado, Adam también comentó que esta obra es un experimento en el cual “la comedia absurda y ridícula convive con la tristeza”: “Toda la película trata de procesar básicamente la cuestión de qué demonios está ocurriendo en realidad”.
De cualquier manera, No miren arriba no ha pasado desapercibida en redes sociales, ya que algunos de los diálogos de sus personajes circulan en forma de memes relativos a fenómenos como el movimiento anti-vacunas, los negacionistas del calentamiento global y demás asuntos que se prestan para teorías conspirativas. En ese sentido, no caben dudas de que McKay logró su cometido.