La filmografía de Michael Mann no es tan amplia como la de otros colegas, pero no tiene nada que envidiarle al resto. Heat, The Insider, Ali, Collateral, Miami Vice y Public Enemies son algunas de las cintas más destacadas del filmmaker nacido en Chicago, aunque hay una en particular que consiguió volarle la cabeza a otro referente del séptimo arte como lo es Quentin Tarantino.
El largometraje en cuestión es Thief (1981), el debut cinematográfico de Mann protagonizado por James Caan, Tuesday Weld, Jim Belushi, Robert Prosky y Willie Nelson, que se basa en la novela The Home Invaders: Confessions of a Cat Burglar de Frank Hohimer.
Thief sigue a Frank, un ladrón de joyas experto en el negocio de los diamantes. Sin embargo, tras haber pasado algunos años en la cárcel, llega a la conclusión de que lo que realmente desea es abandonar su profesión y tener una agradable vida familiar, pero para ello tendrá que resolver ciertos problemas. Para acelerar el proceso interviene en un gran negocio en el que participa un gánster muy poderoso.
Elogios por doquier
La película fue un éxito comercial que logró cautivar a Tarantino y Roger Avary -quien coescribió Pulp Fiction-. Según recuerda Far Out Magazine, durante un antiguo episodio de su programa The Video Archives Podcast, la dupla se deshizo en elogios para con el film de Mann, al que Tarantino calificó como alucinante.
“Cuando Michael Mann se presentó al mundo con Thief con James Caan, nos voló la cabeza. […] Tenía un sentido visual maravilloso”. Después de que Avary interviniera para comentar que le pareció “una película de crimen existencial que eleva la vara”, Quentin prosiguió: “Fue la única de las cintas policíacas que salió en un período de tres años que tuvo la misma resonancia de una novela de ese género”.