Orson Welles es mundialmente conocido por su obra maestra El ciudadano, la película de 1941 que hasta la actualidad permanece como una de las más perfectas y rupturistas de la historia del cine. Lo cierto es que la carrera de este director, actor y guionista no se reduce a este film, sino que incluye otras grandes proezas cinematográficas así como desafíos titánicos que el propio Welles se imponía.
El film que cerraría su filmografía
Entre las empresas casi imposibles que se propuso el director se cuenta su último film, Al otro lado del viento. Fue en 1970 que el estadounidense comenzó a trabajar en esta película que se presentaba como una crítica a la propia industria del cine, con la lógica de un film dentro de un film. Como en otras obras firmadas por él, contendría aspectos autorreferenciales, ya que el personaje principal es un director de cine en la tercera edad. Lo cierto es que conseguir el dinero para financiarla no fue tarea fácil y, una vez que comenzó a filmarla, le llevó seis años de rodaje.
Una obra rescatada por Netflix
Luego de las complicaciones presupuestarias, el último film de Welles se vio frenado y, al momento de su muerte en 1985, solo había 40 minutos de metraje editado. Para rescatar su legado, Netflix decidió desempolvar la película 30 años después. Utilizando el metraje ya filmado y agregando nuevas imágenes, en 2018 pudo estrenar la versión definitiva de Al otro lado del viento.
La pieza que tardó casi 50 años en completarse fue presentada en el Festival de Venecia y la crítica la recibió positivamente, ya que contó con un experimentado equipo técnico que sumó al editor Bob Murawski, el ingeniero de sonido Scott Millan y Michele Legrand, quien aportó desde el soundtrack.