Stanley Kubrick, Steven Spielberg, Ethan y Joel Coen, Alfred Hitchcock… todos ellos no son solo grandes directores sino también expertos en dejar su impronta en los trabajos que hacen. Ya sea por un estilo particular o ciertas tomas características, lograr que el espectador vea la película y sepa quién la dirige, antes incluso de ver los créditos, es más que una habilidad: es un arte en sí mismo. Y este grupo selecto incluye también a Quentin Tarantino. (vía Far Out Magazine)
No hay dudas de que las marcas registradas más fuertes del director son la sangre y la violencia infaltables en sus películas, pero hay un plano en particular que se volvió su caballito de batalla: el baúl del auto. Los primeros usos de este plano, que se caracteriza por generar suspenso viendo a los personajes abrir el maletero sin saber qué hay dentro, se remontan a 1948 en He Walked by Night y más tarde a 1985, en Mad Max: Beyond Thunderdome. Tal vez esta última fue la que sirvió de inspiración para Tarantino, dado que en alguna oportunidad se declaró fan de la franquicia Mad Max.
Su primera experiencia con el plano del baúl fue en su debut cinematográfico, Reservoir Dogs (1992). La escena es una siniestra demostración de dominación y control por parte de los tres protagonistas quienes, riéndose, abren el baúl donde se encuentra el policía cuyo trágico destino es inevitable. El siguiente uso del baúl fue en Pulp Fiction (1994), donde Tarantino utiliza el recurso de manera más sutil, aunque el mensaje es el mismo: a estos personajes no les importa nada. La escena se enfoca en Vincent Vega (John Travolta) y Jules Winnfield (Samuel L. Jackson) hablando con el baúl abierto repleto de armas, a la vista de todos.
Jackie Brown (1997) es otra película en la que Tarantino no dudó en mostrar su predilección por esta toma. En una suerte de demostración auto-referencial, la escena muestra a Chris Tucker diciéndole a Samuel L. Jackson que de ninguna manera va a meterse en el baúl como parte de un plan. Lejos de temer que el uso repetitivo de esta toma se volviera cliché (la utilizó años más tarde en Kill Bill: Vol. 1 y Death Proof) Tarantino ha hecho de ella su huella distintiva y un guiño cómplice hacia los espectadores.