Producida por Universal, Resurrection se presentó en Sitges dentro del grupo de films mainstream que en poco tiempo llegarán a las grandes audiencias. Sin embargo, esto no quita que estemos frente a una película de gran frescura y fortaleza dentro del cine de terror.
No es novedad que el feminismo es parte de la agenda del cine actual, tanto que en cientos de títulos aparece de manera forzada llegando al punto de estar ridiculizado. Este no es el caso de películas como la reciente Men o Resurrection: el corazón de esta última tiene su base en la desigualdad, la violencia patriarcal y el empoderamiento. Las que hoy ya suenan como palabras vacías, en el nuevo film protagonizado por Rebecca Hall y Tim Roth toman nuevas dimensiones ya que se une al terror, al fantástico y a lo macabro. La historia se centra en una exitosa mujer, madre soltera de una chica de 18 años que ve su vida desmoronarse con la aparición de un hombre de su pasado. Completamente desestabilizada, la protagonista irá liberando un secreto que guarda desde hace 22 años mientras batalla con el monstruo que la sometió en su juventud.
Resurrection avanza en sus dos horas de metraje con una fuerza arrolladora, sostenida narrativamente por varias puntas: el vínculo entre madre e hija, el perfeccionismo de la protagonista y la relación con su pasado, y este hombre que la atormenta. Así, la información le va llegando al espectador a cuentagotas, construyéndose una atmósfera de intenso suspenso. Sin embargo, hacia el final se vuelve altamente desopilante. Si bien los momentos más gore provocaron en la audiencia de Sitges la ovación y los clásicos aplausos ante el horror en pantalla, mucho de lo construido durante el film decae en los últimos minutos.
Resurrection, de Andrew Semans
2022 – Estados Unidos
Sección: Oficial Fantastic Competición