El archivo personal, que consta de borradores, anotaciones e ideas de este reconocido director de cine estadounidense ha sido conservado en la biblioteca Firestone de la Universidad de Princeton desde 1980. Pues bien, tales documentos, que se agrupan en 56 cajas y es el resumen de más de cinco décadas de trabajo de Woody Allen, ha sido recientemente abierto y el primero en tener acceso completo a dicha colección de escritos fue el periodista Richard Morgan, colaborador de The Washington Post.
Empiezan entonces a conocerse detalles respecto del contenido de ese archivo, y lo que suele resaltar, en palabras de Morgan: “una misoginia repetitiva“.
Sus afirmaciones están basada en que, por ejemplo, Woody no para de idear argumentos de películas acerca de un hombre maduro que se enloquece por chicas menores de edad y mentalmente frágiles.
Por ejemplo, en el borrador de The Filmmaker, que estaba pensado para ser protagonizado por el mismo Woody, él interpretaría a un director de cine documental (llamado incluso Woody Allen) que terminaba dirigiendo películas porno y que a pesar de estar ya comprometido con otra mujer, se enamora perdidamente de una joven que conoce mientras filma en un hospital mental. La chica, llamada Jennifer, es entonces una paciente esquizofrénica y Allen al final de la historia deja a su novia para estar con ella.
En el reporte de Morgan se incluye una de las partes de tal guión que dice:
Jennifer: “Hay algo en vos a lo que parezco responder. Sospecho que sos potencialmente alguien muy fuerte… muy profundo… y que sufres muchísimo.”
Woody: “Yo – Vos sabés…”
Jennifer: “Algún día serás un gran artista. Lo veo en tus ojos”.
Woody: “Tenés el mejor rostro que he visto en mi vida. Es la verdad”.
El periodista que revisó este archivo concluye en su informe que las pruebas de la marcada tendencia misógina de Allen están a la vista también en las películas que ya ha estrenado, muchas de las cuales lo han hecho merecedor de galardones como el Oscar. Un par de ejemplo de ello son las historias de amor narradas en Manhattan, donde Woody mismo interpreta a un escritor de comedia de 42 años que sale con una adolescente de 17, interpretada por Mariel Hemingway; e incluso el filme que lanzó el año pasado (titulado Wonder Wheel, actualmente en cartelera), en el cual un personaje masculino de 44 años tiene relaciones sexuales con una chica de 15.
Hay otras historias similares en tal conjunto de borradores en las que se narran “historias de amor apasionadas con mujeres jóvenes y chicas”, entre ellas una titulada “Consider Caplan” en la que un hombre de 53 años se enamora de su vecina de 17 y otra llamada “The Kugelmass Episode” que versa acerca de un caballero de 45 años obsesionado con alumnas del City College de Nueva York.
De cualquier forma, es difícil discutir a Morgan cuando señala que Woody nunca ha necesitado más que recurrir siempre a la misma idea de un hombre lujurioso y su hermosa y muy joven conquista para poner en marcha una posteriormente laureada película hollywoodense.