Stanley Kubrick es uno de los autores más grandes y geniales de la historia del cine. Sus películas han traspasado las épocas y su legado cinematográfico es de una importancia superlativa. Y ha sido el propio Steven Spielberg, otro nombre que es palabra mayor en el séptimo arte, quien se ha referido al maestro, a quien no solo conoció a través de su influyente cine sino también en la intimidad. Fue en una entrevista de 1999 en la que el director de E.T se refirió ampliamente a él como director, autor y persona.
Por un lado, Spielberg caracterizó a Kubrick como un camaleón: “Nunca hacía la misma película. Cada película es un de un género diferente, una historia diferente y un riesgo diferente. La única cosa que unía a todas esas películas era el increíble virtuosismo que él tenía en su artesanía”. Lo cierto es que la filmografía del adulado director contiene uno de los films más respetados del cine de terror, así como una película de época y otra de ciencia ficción.
Spielberg se refirió también al momento en que conoció el cine de su ídolo, cuando vio Dr. Strangelove. Definido como un momento bisagra de su vida, fue allí que se dio cuenta del poder de Kubrick: “Fui completamente hechizado por la yuxtaposición de la amenaza del fin del mundo y la amenaza del fin de su vida”, según sus palabras.
Luego se enfrentó al clásico 2001: odisea del espacio y esperó tres horas en la fila para poder verla. En la época en que él era un estudiante se había construido el mito de que era una “drug movie”, aunque él no consumía sustancias en ese momento. Así, esta puede haber sido su primera experiencia con las “drogas”, ya que salió del cine completamente alterado. Por cómo modificó su estado previo, haberlo llevado al espacio y por las intensas sensaciones que experimentó, la película era la droga en sí misma según Spielberg.
También se animó a describir de la siguiente manera el cine del autor neoyorkino: “Las películas de Kubrick tienden a crecer dentro tuyo, tienes que verlas más de una vez. Pero lo más arriesgado es desafiarse a nombrar una película de Kubrick que puedas apagar una vez que empezaste a verla. Es imposible, tiene algún botón de seguridad o algo, es imposible apagar una película de Kubrick”.
Steven Spielberg y Stanley Kubrick llegaron a construir una amistad cercana, a intercambiar pareceres sobre sus obras, sobre el futuro del cine y sus deseos como directores. Luego de mantener extensas charlas, incluso telefónicas en el medio de la noche, Spielberg habló sobre la búsqueda de la perfección, la provocación y lo pionero de Kubrick: “Creo que Stanley estaba esperando esa toma única que fuera la toma rupturista en la que los actores lo sorprendieran y lo fascinaran con cosas que ni siquiera a él podrían ocurrírsele, y tal vez esa es una de las razones por las que los empujaba a hacer más tomas”.